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«Mejorar» al límite el cuerpo humano

Cada vez son más los adeptos al «biohacking» y al «transhumanismo», movimientos que buscan facilitarse la vida y «mejorar» el cuerpo humano implantándose dispositivos tecnológicos, realizando pruebas médicas intensas y ejercicio extremo u optando por la terapia génica. En Rusia están empujando los límites del cuerpo humano. Una incisión entre el dedo índice y el pulgar permite introducir un pequeño cilindro, un chip subcutáneo que, según los países, puede ser el de la tarjeta del metro o bancaria, o puede servir para abrir la puerta, arrancar automóviles, encender teléfonos, ordenadores o impresoras, controlar la temperatura o almacenar información médica. Un mecanismo que suscita preocupación por el riesgo de vigilancia y piratería. Otros, los «transhumanos», quieren más que el simple implante de un dispositivo, buscan prolongar la vida «creando» un «hiperhumano» casi inmortal. Y hay «biohackers» que se interesan por la terapia génica para ralentizar su envejecimiento modificando su ADN. Cuestión de sueños y dinero.