Koldo Campos
Escritor
AZKEN PUNTUA

El protocolo

De la mano del coronavirus se extiende por el mundo otra infección que, no siendo tan apocalíptica, llega a ser insoportable.

Hablo del contagioso protocovirus 20, virus que provoca que la persona infectada, sometida a través de los grandes medios de comunicación a dosis diarias, incorpore a su vida el protocolo con tanta constancia e intensidad que termina volviéndose imprescindible. Y el protocovirus amenaza ser pandemia. Esta mañana, en la panadería de Jon, un café negro ha resultado cortado por no seguir el protocolo, y todas las farolas de la plaza están llenas de anuncios ofreciendo cursos de inglés, zumba y protocolo.

A diferencia del “Manual de Instrucciones” el protocolo tiene un punto de distinción que lo hace viral y hay protocolos para todo. Hacer una tortilla exige un protocolo que dispone que para batir los huevos, primero hay que romperlos y lavarse las manos antes y después. En el fútbol, el protocolo ha resuelto que los jugadores no se den la mano al inicio del partido. Después, si quieren, que tosan, escupan y se estrujen y morreen por el suelo cuando marquen y que se laven las manos antes y después, como se las lava el cura durante la eucaristía y se las lavan los Pilatos en las urnas enterrando sus votos en los vertederos.

Temo que a esta columna le falta protocolo… y perejil.

(Preso politikoak aske)