Aunque parezca mentira, sobre todo después de que en la pasada edición de Cannes se estrenase una copia restaurada en 4k por Leon Vitali con todos los honores, en su momento “El resplandor” (1980) fue mal recibida, incluso por parte del propio Stephen King, ante los cambios que Kubrick había hecho con respecto a su novela. De estar nominada a los antipremios Razzie ha pasado con el tiempo a ser una obra de culto, seguramente debido a que hace cuatro décadas no se entendía la novedad rupturista que suponía un cine terrorífico de autor.

Resulta imposible cuantificar la influencia icónica que ha tenido desde entonces la película, pasando a formar parte de la cultura mediática con escenas rituales como la de Jack Nicholson con el hacha.

Pero su mayor hallazgo visual, visto con la perspectiva suficiente, fue el del uso revolucionario de la steadicam, que permitió travellings como los que transcurren en el interior del jardín laberíntico o en los pasillos del hotel.