Oihane LARRETXEA

NAFARROA, ATRACTIVO SET DE RODAJE

Nafarroa es un herrialde rico en paisajes y muchas productoras fijan en él su mirada para rodar. La empresa Melitón Films nace para impulsar su posición y motivar que las empresas se beneficien del incentivo fiscal invirtiendo en cine y televisión.

Nafarroa es un territorio pequeño de grandes contrastes paisajísticos. Desde el frondoso bosque de Irati hasta el hermoso desierto de las Bardenas, la gama de colores y luces es muy extensa y rica en matices. Todo ello contribuye a que el herrialde resulte atractivo como escenario natural de rodajes tanto de películas como de series y publicidad. Los datos también demuestran ese potencial. Entre los años 2016 y 2020 se han grabado, por el momento, 36 proyectos y están en proceso otros cuatro títulos: “Te quiero, imbécil”, “Ofrenda a la tormenta”, “Fully hooked up” y “D’Artacan y los tres mosqueperros”, según los datos que recoge Navarra Film Comission.

El reto, sin embargo, radica en las grabaciones de interior, donde hasta hace relativamente poco la oferta era escasa. Los Estudios Melitón de Lekaroz (construidos en 2019) constan de dos platós, salas de maquillaje, de vestuario, servicio de alojamiento para los equipos técnicos y artísticos, etc… y vienen a llenar ese vacío que ahora han fortalecido con la puesta en marcha de la empresa Melitón Films junto a la canaria Macaronesia Films. El objetivo es potenciar la industria audiovisual navarra y facilitar el incentivo fiscal foral por el que las empresas pueden invertir sus impuestos en proyectos audiovisuales y después recuperarlo gracias a los beneficios que genere el proyecto en cuestión.

Desde el otro lado del teléfono, el director de los Estudios Melitón, Joaquín Calderón, nos explica al detalle en qué consisten estos beneficios fiscales y aporta interesantes cuestiones sobre el estado del sector en Nafarroa. Lo primordial era evitar que proyectos que llegaban para rodar en exterior no se marcharan después para las escenas de interior por falta de estructuras y recursos. «Estábamos perdiendo talento y trabajo», afirma. Pone como ejemplo “El Guardián Invisible”, una película basada en la novela de Dolores Redondo y que transcurre en el mismo Baztan, donde hoy se encuentran los estudios. «Los exteriores se grabaron en ese entorno, lo paradójico es que todos los interiores se tuvieron que rodar en Barcelona», cuenta.

Ese vacío, afirma, ha quedado cubierto con los platós, al igual que otras necesidades también relevantes, como ayudar a completar el equipo técnico del rodaje, el catering, la logística de alojamientos, transporte… eso, añadido al incentivo fiscal que impulsa el Gobierno navarro desde 2016, atrae cada vez más atención dentro del sector. Tal y como explica, a las empresas que tienen que pagar el Impuesto sobre Sociedades la hacienda foral les permite que inviertan esa cantidad en una producción audiovisual en lugar de aportarlo al fisco. «Es lo que llamamos el incentivo fiscal. Consigue que esa empresa tenga beneficios por invertir en cine y a las productoras que vienen a Navarra tengan un inversor», resume. En cuanto a la empresa, esta va recuperando el dinero aportado por parte del proyecto, de los beneficios que este vaya generando en el plazo de tres años, en palabras de Calderón. «Al mismo tiempo, la productora tiene la obligación que gastar el 40% del coste de la producción en Navarra. De este modo, consiguen un beneficio fiscal y generan riqueza en el propio territorio».

El motivo de ir de la mano de una empresa canaria como Macaronesia Films es su basta experiencia en el sector y el hecho de que allí exista, desde tiempo atrás, una fórmula fiscal similar a la de Nafarroa con este mismo fin. En las Islas Canarias, según explica, tienen mucha producción internacional porque tradicionalmente ha sido un destino de muchos rodajes, y eso les respalda.

Talento local

Respecto al sector, considera que uno de los problemas que tiene el herrialde, «y que poco a poco va mejorando», es el personal. «Tenemos mucho talento navarro pero es talento que se marcha a Madrid o Barcelona si quiere dedicarse al cine o a la televisión, que es donde hay más producciones». Sin embargo, cree que va cambiando, «porque empieza a haber más continuidad en el trabajo porque cada vez hay más producciones en Navarra, hay profesionales que estaban fuera y que están regresando. El problema que podemos tener aún, sobre todo en algunas especialidades muy concretas, es que no haya personal específico en el territorio y tenemos que formarlos».

Para ello están colaborando en alianza con el servicio navarro de empleo y el clúster audiovisual navarro. «Hay que tener gente formada y que sea de aquí. Generamos industria, puestos de trabajo y a la productora le cuesta menos decidirse venir porque es gente que vive aquí», valora.

 

Una familia cada vez más sólida y numerosa

El sector audiovisual en Nafarroa, afirma Joaquín Calderón, está cada vez más sólido y sus estructuras cada vez más nutridas. Pone como ejemplo a dos entidades. La primera, el cluster audiovisual, «una entidad que va creciendo cada día un poco más». Se trata de una agrupación multidisciplinar donde no solo están incorporadas las productoras de cine, sino también el resto de empresas implicadas, igualmente fundamentales para que todo ruede, como hoteles, agencias de viajes… en definitiva, «todas las empresas que salpica esta industria, que son muchas».

Cita también la asociación de productores Napar. «Empezó siendo algo muy pequeño, eran unas 5 o 6 productoras, y hoy son más de treinta», dice. Su cometido pasa por «defender los intereses de las productoras del territorio». O.L.