La comedia que nunca te cansas de ver

La reciente reinvención de Peter Farrelly como autor de cine dramático con la oscarizada “Green Book” (2018) ha sido una consecuencia lógica del agotamiento de su vida como comediógrafo junto a su hermano Bobby. Su estilo de humor incorrecto que tanto impactó en los 90 ya no tenía cabida en la actual sociedad ultraconservadora de los EEUU, aunque merece la pena repasar su mayor éxito cómico gracias a la divertidísima e hilarante “Algo pasa con Mary” (1998), repleta de gags infalibles como el del perro o el de la gomina en el pelo.
Puede que no sea el título favorito de sus seguidores, que siempre preferirán “Dos tontos muy tontos” (1994), “Vaya par de idiotas” (1996), “Yo, yo mismo e Irene” (2000), “Osmosis Jones” (2001) o “Amor ciego” (2001), pero sí es el que mejor ha llegado al gran público, tal como demuestran los 370 millones de dólares que recaudó en su día, habiendo costado solamente 23. Buena parte de su encanto reside en las canciones de Jonathan Richman, llenas de ingenuidad y gracia.

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