Joseba SALBADOR GOIKOETXEA
DONOSTIA

Las ventas de turismos se hunden un histórico 97,8% en abril

No por esperado ha dejado de sorprender el dato de las matriculaciones de turismos durante el mes de abril, que se ha desplomado un 97,8% en Hego Euskal Herria. Un dato sin precedentes históricos, habida cuenta de que los concesionarios han permanecido cerrados durante todo el mes por la crisis del coronavirus. Aunque este mes puedan comenzar a reabrir sus puertas, el futuro se presenta poco alentador para un sector que teme una importante pérdida de poder adquisitivo entre sus potenciales clientes.

Los datos de marzo ya avanzaban una caída del 75,6% respecto al mismo mes del año anterior, algo que se ha confirmado con el 97,8% de abril, el primer mes completo en el que los concesionarios han permanecido con sus exposiciones cerradas.

Tal y como reflejan los datos oficiales aportados por las asociaciones de fabricantes, concesionarios y vendedores (Anfac, Faconauto y Ganvam), en Hego Euskal Herria tan solo se vendieron en abril 90 turismos y todoterrenos, frente a los 4.237 que se vendieron en el mismo mes del pasado año. Estas pocas matriculaciones –que en una situación normal coinciden con las ventas de un solo día– correspondieron mayoritariamente a operaciones cerradas con anterioridad, así como a vehículos importados y en menor medida a ventas por internet.

En lo que va de año (enero-abril), el mes y medio de confinamiento ha provocado ya un descenso en las matriculaciones acumuladas en Hego Euskal Herria del 52,18%, al caer las ventas de las 17.443 unidades del mismo periodo del pasado año hasta las 8.340 de este año.

El sector se prepara ahora para reabrir las puertas a partir del próximo lunes día 11, después de mes y medio de paralización, en el que los concesionarios han permanecido en una situación de ERTE por fuerza mayor, manteniendo abiertos solo los talleres mecánicos para atender los servicios mínimos de urgencia.

Pero nada será igual. Fuentes del sector consultadas por este diario coinciden en señalar que la recuperación no será nada fácil, tanto por los requisitos sanitarios que deberán cumplir a la entrega de los vehículos, como por la pérdida del poder adquisitivo de la ciudadanía a causa de la crisis económica derivada del estado de alarma, lo que retrasará gastos importantes como la compra de automóvil.

En opinión de Mikel Mujika, responsable del concesionario Volvo-Autosuecia de Hernani, «no cabe duda de que la economía va a quedar muy tocada y se calcula que la bajada de ventas anual podría superar el 30%, lo que es mucho para nosotros». Coincide con ello el responsable del concesionario BMW-Lurauto de Oiartzun, Luis Miguel García, quien eleva la caída anual al 45-50%. Por ello, sostiene que «durante los próximos 9-12 meses, los concesionarios vamos a sufrir una situación difícil y deficitaria que nos obligará a aplicar nuevos procesos y planes de mejora que nos hagan más eficientes».

Uno de los problemas a los que deberán hacer frente los concesionarios está relacionado con el stockaje. «Las plantas de fabricación solo han parado quince días, por lo que prevemos que habrá un stockaje muy grande», señala Mujika. De hecho, las plantas instaladas en Euskal Herria, como Mercedes y Volkswagen, ya reanudaron su actividad el pasado día 27 de abril, eso sí, a un tercio de su capacidad.

Higienizar los coches

Además de estas dificultades, el responsable de Volvo-Autosuecia recuerda que la reapertura de las exposiciones conllevará otra serie de problemas derivados de la necesidad de higienizar el interior de los coches antes de entregarlos a los clientes, con el fin de garantizar que el vehículo está libre de virus, tal y como establecen los protocolos.

«Esta va ser una labor que supondrá una ralentización de los procesos y que, además, nos obligará a realizar grandes inversiones para comprar toda la maquinaria, lo que reducirá aún más los escasos márgenes con los que nos movemos los concesionarios», explica Mujika.

Sobre esta cuestión, el responsable de BMW-Lurauto, Luis Miguel García, considera que «habrá una gran parte de la población muy susceptible a los posibles contagios y con un cierto temor a asistir a nuestras instalaciones, a pesar de que, prácticamente, la totalidad de los concesionarios están realizando procesos de desinfección y un protocolo de comportamiento tanto para los empleados como para los clientes, con el fin de tener las máximas medidas de seguridad posibles».

Para reactivar el sector, Mujika confía en que tanto instituciones públicas como los propios fabricantes pongan en marcha ayudas para facilitar la compra de vehículos nuevos. En este sentido, las principales asociaciones del sector tienen previsto reunirse mañana con el Gobierno español para reclamarle un plan de ayudas a la compra de vehículos por valor de 400 millones de euros, lo que amortiguaría la caída anual prevista del 45-50%.

Coincide con ello Luis Miguel García, quien se muestra convencido de que «ante un escenario así, es muy importante que Gobierno e instituciones tomen medidas de apoyo a la compra de vehículos para fomentar las ventas y amortiguar en la medida de lo posible este supuesto. Más aún –prosigue– teniendo en cuenta que un vehículo es uno de los bienes más gravados por impuestos, una media del 25% de su valor, y que su aporte al PIB estatal es del 10%, por lo que una mejora de estas previsiones se convertiría en un elemento tractor de toda la economía».

 

¿Crecerá el uso del automóvil en detrimento del transporte público?

No cabe duda de que la crisis del coronavirus está pasando factura a todos los sectores de la economía, como el de la automoción, aunque hay quien considera que representa también una oportunidad ante un previsible descenso del transporte colectivo.

Según diversas fuentes, el miedo a utilizar el transporte público por causa de los contagios podría provocar la recuperación del uso de la bicicleta y del coche particular, algo que podría haber comenzado a ocurrir en China, aunque los concesionarios vascos no creen que ello repercuta en una subida de las ventas.

A juicio de Mikel Mujika, de Volvo-Autosuecia, «es probable que el transporte público vea disminuir el número de viajeros, pero está claro que la economía ha quedado muy tocada y la caída del poder adquisitivo de los ciudadanos no va a permitir afrontar grandes gastos como la compra de un coche».

Además, sostiene que «las vacaciones de este año no van a ser como las de otros años, a causa de las restricciones en la movilidad, lo que provocará la disminución del uso del coche privado».

De la misma opinión se manifiesta Luis Miguel García, de BMW-Lurauto, para quien «efectivamente, existe un consejo sobre un menor uso del servicio público, que puede derivar en algunos casos en plantearse la compra de vehículo, pero ello a mi entender no tendrá un impacto significativo como lo ha tenido en otros países como China».

A su juicio, esta crisis «muy posiblemente provocará que nos encontremos con nuevas demandas relacionadas más con el pago por uso que por la propiedad del vehículo. Así, irán cogiendo relevancia los nuevos servicios por suscripción o el ya conocido renting a particulares, que ya venía tomando más relevancia desde final del año pasado».J.S.