Amaia EREÑAGA

IR DE MUSEOS O LAS DUDAS SOBRE LA ALTA SEGURIDAD

Podría parecer que hablásemos del robo de una obra de arte, pero no: en tiempos distópicos, el objeto a proteger son los visitantes. Con junio como destino, los museos vascos ultiman a toda prisa estos días un escenario con muchas dudas, incluso legales.

Lo primero, la primera pregunta que surge ante el baile de fechas que ha traído la llegada a nuestras vidas del Covid-19 resulta inevitable. En el caso de los museos, ¿cuándo vamos a poder empezar a visitarlos? Con matices, porque este asunto tiene muchos, la mayoría de los de Hego Euskal Herria, tanto los dependientes de las instituciones de la CAV como los navarros, están trabajando con el 2 de junio como inicio de una apertura que no será total, sino escalonada. El lunes, día 1, para la mayoría, es día de cierre. En Ipar Euskal Herria nos vamos hasta el 2 de julio, en el caso de Museo Vasco, aunque la semana pasada abría sus puertas la cripta Saint-Eugénie de Biarritz. Todo en la línea anunciada por el ministro de Cultura Franck Riester: «los pequeños», aunque sin más especificaciones, podrían abrir desde el 11 de mayo, mientras que los grandes irán más despacio. El Lou vre, por ejemplo, anuncia el 3 de junio. El 11 de mayo, por cierto, era también la fecha fijada por Madrid para los museos estatales... aunque, a excepción del santanderino centro Botín, nadie lo hizo.

Y tiene su explicación, por la dificultad que entrañan las estrictas medidas sanitarias exigidas. «En general, al principio de todo esto se barajaba la idea de que no abriríamos hasta julio o setiembre –explica un experto del sector museístico vasco–. Todos los museos con los que hablamos, y lo estamos haciendo continuamente, estábamos en esa línea. De pronto el Gobierno nos metió en la primera fase, y todos, a acelerar».

Como entrar en la Nasa

Una mirada al informe “Medidas para la reducción de contagio por el coronavirus SARS-Cov-2” remitido por el Ministerio de Sanidad español a los museos y sitios patrimoniales, da una idea de la inversión en tiempo y dinero, y el cambio de paradigma que supone esta nueva situación para unas entidades que viven de los visitantes y el turismo. Y así, lo tienen difícil. Por un lado, está la parte interna, que supone garantizar la salud de sus trabajadores. En eso no se diferencian de cualquier otra empresa.

La cosa cambia respecto a los visitantes: se fija que hay que mantener las distancias de seguridad mínimas, evitar aglomeraciones, habrá un máximo de personas en los grupos que realizan visitas guiadas, los museos tendrán que dotarse de sistemas de control de acceso, desinfectar todo lo que está a mano del público –se plantean también audioguías con auriculares desechables–, se primará la venta online... y, lo que es bien importante, se controlará el aforo. Pero, ¿cómo se controla? ¿Bajo qué criterios? ¿Y este control no choca con los derechos de los visitantes?

Es decir, tú llegas al museo preparado como si fueras a un laboratorio o a visitar por dentro la Nasa: con tu mascarilla, te desinfectas las manos con el gel hidroalcohólico, te toman las temperatura, sigues el itinerario de las flechas que te indican por dónde ir con, pongamos, los otros 14 visitantes de tu turno –el criterio de los museos alemanes, para hacerse una idea, es de 1 visitante por cada 15 metros cuadrados– y, tras hacer el recorrido, sales por otra puerta distinta a la que has accedido. Pero, rebobinemos, ¿tomarnos la temperatura? Algunos museos vascos ya han decidido no tomarla, ante las dudas que provoca y el temor a que choque frontalmente con el derecho fundamental a la protección de datos.

De hecho, la AEPD (la Agencia Española de Protección de Datos) ha mostrado su preocupación por la toma de temperatura en comercios y centros de trabajo, al considerar que «es una injerencia particularmente intensa en los derechos de los afectados y que se están realizando sin el criterio previo de las autoridades sanitarias». De hecho, provoca más preguntas que seguridades: ¿A dónde van a parar estos datos? ¿No hay medidas menos intrusivas para hacerlo? ¿Si das una temperatura mayor, pero no es Covid, pese a todo te pueden negar entrar, en este caso, a un museo?

Con todo esto a vueltas, lo cierto es que lo placentero, creativo y relajante de una visita a un museo en el pasado reciente de momento se ha acabado. Habrá mucho más sitio, eso sí, pero por otros motivos. No es difícil presuponer que, con la caída añadida del turismo, los museos este verano estarán vacíos. Con ello cuentan en el sector.

Frente a la crisis, reinventarse

La pandemia de coronavirus ha tenido y tendrá un impacto sin precedentes en museos de todo el mundo. No es difícil de presuponer, pero lo certifican los datos. Para comprender mejor la situación y pensar qué hacer en el futuro, NEMO (Network of European Museum Organisation), una red de museos fundada en 1992 y compuesta por museos de 40 estados, ha mapeado el impacto de la Covid-19 en el sector europeo a raíz de las reaperturas de la mayoría de los museos entre mayo y junio. Respecto a lo económico, se certifica que el impacto es brutal: 3 de cada 5 museos europeos ha perdido un promedio de 20.300 euros a la semana durante el cierre, con una pérdida de ingresos que se situaría en muchos casos en el 75-80% de sus ingresos. No ha habido despidos directos, pero sí indirectos, de colaboradores y la suspensión de programas de voluntariado.

Todo ello sin tener en cuenta que se verán muy afectados por la disminución global del turismo: la OCDE ha pronosticado una disminución del 50-70% en las actividades turísticas mundiales. Entonces, ¿cuál es la solución? Cambiar el esquema, agilizar y buscar una salida en línea. Y en eso andan precisamente los museos vascos, buscando una proyección de futuro online.

EN LA NUBE, UN DÍA DE LOS MUSEOS DEL SIGLO XXI

No perder presencia y fidelizar a nuevos visitantes, esa parece ser la premisa de los museos durante la pandemia. Es algo que se constata a nivel global y que parece que será por donde irán los tiros en el futuro. De ser unas instituciones criticadas por estar ancladas en un modelo del siglo XIX, al salto al futuro en dos meses. Un ejemplo de ello es la celebración hoy del Día Internacional de los Museos. Aquí unos ejemplos: el Museo Oteiza ha programado un encuentro online con expertos sobre el futuro de los museos (18.00, en streaming en sus redes sociales), los vizcainos estarán presentes en www.museoeneguna.eus, los guipuzcoanos Euskal Itsas Museoa, Igartubeiti Baserri Museoa y Zumalakarregi unirán fuerzas en las redes con “¡Saborea el Museo!- Dastatu Museoa!” y el Cristóbal Balenciaga expone online en su web.A.E.