Aritz INTXUSTA

LA COMUNIDAD NEGRA DE IRUñEA DESPIERTA EN TORNO A NDIAYE

ELHADJI NDIAYE HA SIDO RECORDADO HOY EN IRUñEA CON UNA IMPORTANTE MOVILIZACIÓN ANTIRRACISTA. LA COMUNIDAD NEGRA, CADA VEZ MÁS AMPLIA Y ASENTADA EN LA CIUDAD, SE HA LEVANTADO Y HA LIDERADO UNA PROTESTA DE ENVERGADURA, QUE MARCA UN HITO PARA LA CIUDAD Y PARA ESTA COMUNIDAD EN SÍ MISMA.

La escena arranca con una veintena de personas de raza negra subidas a un banco, dirigiéndose a una especie de filas ordenadas y otra tanta gente que se agrupa en un amplio semicírculo. Son cientos y probablemente más de mil los que escuchan. Junto a ese banco empiezan a subir nubes de humo rojo y morado. Alguien, por megafonía, llama a «hermanar luchas» y pide que la gente se arrodille y levante un brazo, como sucede EEUU, para guardar silencio en recuerdo de Elhadji Ndiaye, que murió a pocos metros de allí en 2016, mientras lo detenía la Policía española. Todos doblan la rodilla y levantan el puño. Quizá ese ha sido el momento en que todo ha empezado a sentirse distinto.

No hubo grandes discursos. ¿Quién no está harto de los grandes discursos escritos los días de antes? Beltxa, por Africa United, empieza a hablar como puede. La emoción le atraganta. Los aplausos y la pura rabia le animan a seguir. «Los forenses de Floyd son los mismos forenses de la muerte de Elhadji. Aquí dijeron que se había muerto así, tal cual, como era un negro, como una mosca». La intervenció apenas dura 30 segundos.

Fátima Djarra Sami le recogió el micro protegido por un guante de plástico. Grita: «Gora Borroka Antirrazista!». La gente se viene arriba. Sami sigue: «Va por nuestros hermanos que mueren en la valla de Melilla. ¡Basta de muertes en la frontera a manos de policías!». Más coros antirracistas. «Estamos aquí una vez más en la lucha antirracista. Hablamos de nuestros hermanos y hermanas que cada día, cada noche, cada año están muriendo en la valla de Melilla. Esos hermanos y hermanas salieron a buscar mejor vida. Mueren a manos de policías en la frontera. Nosotras estamos contra esa situación. Nuestra lucha es la lucha de todas. Hoy estamos aquí agradeciendo a todas las personas de Iruña y toda Navarra que está con nosotras. ¡Abajo la policía racista!».

«Sin justicia, no hay paz»

Ahora el micro con el guante lo tiene Karimatou Bah. Tiene 14 años pero está enormemente empoderada, pidiendo a la gente que grite todavía más. Viste toda de negro. Había muchas jóvenes negras vistiendo así y con carteles de cartón con distintas denuncias en castellano e inglés. «Quería daros las gracias a los que habéis venido a ayudarnos en nuestra lucha a ayudarnos. ¡Tenemos miedo de la Policía que debiera protegernos! ¡Tenemos miedo de que nos detengan y nos maten!».

La protesta derivó naturalmente en un corte de carretera cuando hubo que cruzar la calle para dejar claveles en la placa que indica el lugar donde mataron a Ndiaye. Todo estuvo a punto de acabar en manifestación, pero la cabecera se tumbó con el rostro sobre la calzada simulando una detención. La gente se volvió a arrodillar, levantó el puño y gritó una y otra vez: «Si no hay justicia, no hay paz». Resultó sobrecogedor.

A partir de ahí, la movilización se fue apagando sola. Aproximadamente duró una hora, aunque dio la impresión de que todo pasó muy rápido. La sensación, cuando la emoción comenzó a bajar, era de que se había asistido a un hito importante.