Anda la extrema derecha tan suelta que una de sus publicaciones, “Valeurs Actuelles”, ha decidido dibujar a la diputada africana de izquierdas Danièle Obono como una esclava, con collar y cadenas de hierro, en un reportaje en el que la esclavitud no sería sino el resultado de un ajuste de cuentas entre tribus negras. Los blancos europeos solo pasaban por allí. Como han pasado por aquí miles de turistas franceses, como si esta tierra fuera de su propiedad, como si esta gente estuviera a su servicio. No estamos como en Corsica, donde al calor del turismo fermenta a cada vez más temperatura una reacción antifrancesa evidente; pero el caldo va engordándose. Porque aunque es cierto que los koxpei, como se llama aquí a los guiris, traen riqueza, también han colaborado en el alza de los precios del mercado, sobre todo el inmobiliario. El término viene de congés payés, vacaciones pagadas, un derecho que logró arrancar la izquierda en vísperas de segunda guerra mundial y que tras desaparecer con la ocupación nazi se recuperó después de cinco años de lucha contra la extrema derecha. «Francia para los franceses», se leía esta pasada semana en una pintada en Kanbo de la que han dicho que es obra de un koxpei. Lo que es seguro es que el autor, local o no, a pesar de arrastrar las pesadas cadenas de la más oscura ignorancia, anda suelto. Y, como la revista, impune.