Niños y jóvenes etíopes desfavorecidos han encontrado en las acrobacias y los malabares una vía de escape de las calles. El Tigray Circus –en la imagen, dos de sus miembros en pleno entrenamiento– de Mekele, al norte de Etiopía, confía en lograr inversiones para poder seguir brindando a los más vulnerables una oportunidad. Pero no es el único caso en el país. El Fekat Circus de Addis Abeba forma a muchos de ellos profesionalmente y lleva su espectáculo a cárceles, hospitales y orfanatos. Entusiasmo y ganas no les faltan, aunque no sean el Circo del Sol.

Fotografía: Eduardo SOTERAS | AFP