Daniel GALVALIZI

MADRID, CONFINAMIENTO ENTRE LA RESIGNACIÓN Y LA RESISTENCIA

EL LUNES EMPEZARON LAS RESTRICCIONES A LA MOVILIDAD EN 37 ÁREAS SANITARIAS QUE AFECTAN A 860.000 PERSONAS. HUBO MANIFESTACIONES CONTRA LAS MEDIDAS POR CONSIDERARLAS CLASISTAS Y MUCHOS CREEN QUE LO PEOR AÚN NO HA LLEGADO.

«La sanidad no se vende, la sanidad se defiende» y «más sanitarios, menos policías», fueron dos de las consignas que coreaban las personas que se manifestaron el domingo en puntos del sur de Madrid denunciando lo que consideraban un confinamiento basado en criterios de clase. Así comenzaba esta nueva etapa en la comunidad que desde el lunes tiene con restricciones de movilidad a 860.000 personas, el cerco más masivo en el Estado desde junio pasado.

Seis distritos de la ciudad y siete municipios de la región son los afectados por el confinamiento parcial que, es verdad, es distinto al del estado de alarma que comenzó en marzo. Las personas pueden salir a la calle e ir a los bares y al gimnasio, siempre dentro del perímetro permitido. Quienes pueden salir de él deben poder demostrar «obligaciones laborales, profesionales o empresariales», según el Boletín Oficial de la CAM.

Casi un millón de madrileños han tenido la rara experiencia de tener que imprimir el «modelo de justificante» que el Gobierno de Isabel Díaz-Ayuso ha diseñado para los desplazamientos fuera del perímetro. Debe ser completado especificando el motivo de la salida, el nombre de la empresa en la que se trabaja, el puesto que ocupa en la plantilla y la dirección del centro de trabajo (o educativo).

Pero el sabor a sesgo clasista no se lo pueden quitar los habitantes de las 37 áreas restringidas. Es que con solo ver el mapa de la CAM es fácil percibir que la inmensa mayoría de los perjudicados viven en barrios de clase trabajadora y sectores populares. Las dos ciudades de la periferia más afectadas son Parla y Fuenlabrada, que ostentan los peores indicadores sociales de la región. Con respecto a la zona norte, solamente algunas zonas de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes han sido parcialmente confinadas.

En lo que se refiere a Madrid, salvo la zona al oeste del centro del distrito Ciudad Lineal, todas las áreas afectadas están al sur del Manzanares, especialmente en los distritos de Puente de Vallecas, Carabanchel, Villaverde y Villa de Vallecas. Esto pese a que algunos barrios del distrito Centro y del de Tetuán tienen cifras de contagio iguales o peores.

«Me siento en un gueto»

«El único cambio que he visto es que había desde la mañana muchos coches de Policía debajo del puente que separa Pacífico y Vallecas. A las personas andando no las controlaban, solo al tráfico, y eran controles aleatorios», explica a GARA Sandra, de 24 años de edad, que trabaja en la industria del cine en una oficina del centro. «La sensación es un poco como un circo, porque se mezcla la presencia policial y equipos de TV que paran para que hable gente con la mayor cara de inmigrante posible», comenta. «Me siento un poco en un gueto. Ahora podemos tomar conciencia de lo que son las fronteras artificiales; vemos que hay un súper más allá del puente pero no podemos ir», añade.

José Luis tiene 38 años y vive en Pirámides, cerca del centro, pero se crió en Carabanchel. Por eso fue el domingo a manifestarse. «Había muchos vecinos. Un sector también más militante, organizado, de la PAH, pero también gente común que se quejaba por la situación. Un reclamo más enfocado en la sanidad que en las restricciones», comenta. Él percibió una mezcla de «resignación y cabreo».

Un cartel, colgado en la pared de un hospital del populoso Villaverde, resume el sentir de muchos del sur: «Quieres que me confine cuando regrese a mi casa después de atravesarme todo Madrid en un metro atestado para limpiar tus calles, para cuidar a tu padre enfermo, para dejarte el paquetito de Amazon en la alfombra. #DignidadDelSur».