Jon ORMAZABAL
Pelota

Para pescar en río revuelto, más vale llegar a tiempo

Aimar Olaizola y Mikel Urrutikoetxea logran jugar supartido más completo del campeonato en la semanamás complicada y sellan el pase a la final tras superar a unos incómodos Ezkurdia-Martija en Eibar.

OLAIZOLA-URRUTIK. 22

EZKURDIA-MARTIJA 13


Ya se sabe que «a río revuelto, ganancia de pescadores», pero para ello, «más vale llegar a tiempo que rondar un año», que es lo que precisamente han hecho Aimar Olaizola y Mikel Urrutikoetxea para, con el probablemente su mejor partido del campeonato, lograr el primer billete para la final de una competición que comenzó el 22 de noviembre de 2019. En medio de un huracán sin, por el momento, ningún viso de solución, el de Goizueta y el de Zaratamo se parecieron ayer más que nunca a la versión que en 2016 les dio la txapela y pasaron por encima de unos Ezkurdia-Martija incómodos, lejos de ese modo fiable y arrollador mostrado antes del confinamiento.

Aunque pudiera parecer lo contrario, todo el ruido y el follón montado en las últimas semanas en las filas de Baiko parece haber sentado peor en las huestes de Aspe, que ya han perdido a Jaka-Zabaleta, la que parecía su apuesta más fiable, mientras que Ezkurdia-Martija se jugarán, o no, el pase a la final el domingo en el Beotibar ante Agirre-Albisu, que forman parte del colectivo que ha llamado a la huelga a partir del próximo viernes. Un deseable acuerdo entre las partes sería la vía para que el pase a la final se jugara en cancha, pero, de momento, ese pacto parece lejano, pues el colectivo de pelotaris de Baiko sigue sin tener en su agenda una hora y un lugar para esa reunión que Joserra Garai anunció para hoy el jueves.

Ejercicio de abstracción

Ajenos a todo ese ruido exterior, en un ejercicio de abstracción similar al que Aimar Olaizola tuvo que hacer ayer en el Astelena, con pitos cada vez que se disponía a ejecutar un saque –al término del partido el de Goizueta agradeció, con sorna, «a esos tres o cuatro listos», la motivación extra que le ofrecieron en su partido más importante en tiempos–, los campeones de 2016 han encontrado, y no es la primera vez, la fórmula para llegar en el mejor momento posible a la hora de la verdad.

Siguiendo la estela de su mentor, la mayor sorpresa fue la actuación de un Mikel Urrutikoetxea que fulminó todas las dudas que podía tener tras meses sin jugar de zaguero con un partido prácticamente perfecto, inmaculado en cuanto a errores y brillante en su defensa, incomodando con el sotamano a un Martija que no terminó de mostrarle la espalda y convirtiéndose en un bastión infranqueable en defensa.

En los cuadros alegres, Aimar Olaizola también fue muy superior a un Joseba Ezkurdia que últimamente se le estaba atragantando jugándole a lo pies, pero que ayer no encontró la vía para superar su aguerrida defensa. Aunque su volea incomoda a cualquiera, el delantero de Arbizu necesita de su gancho de izquierda para ser determinante y ayer no le carburó, le costó al campeón del acotado encontrar los ángulos de la Catedral y en ningún momento pudo ahogar a sus rivales con el ritmo que suele imprimir a los partidos.

Todo esto vino condicionado por un arranque de partido en el que la pareja de Baiko entró mucho más enchufada, logrando una renta muy importante desde el el primer pelotazo. Los rojos se adelantaron 4-0 y 8-1, llegando los dos primeros tantos para los de Sakana en sendos errores de Aimar Olaizola en ataque, en prácticamente las únicas concesiones que realizaron en todo el partido, otra de las claves en este tipo de partidos definitorios.

A los de Aspe les toca ahora aprender de sus rivales de ayer, aislarse y prepararse en otra semana que se prevé muy dura fuera de las canchas.