Koldo LANDALUZE
UNA DE LAS OBRAS CUMBRE DE CRONENBERG

25 años de «Crash», choque frontal de sexo, mecánica y carne

Veinticinco años después del estreno de «Crash», regresa a nuestras pantallas la copia restaurada de una de las obras cumbre de David Cronenberg. El cineasta canadiense realizó un inquietante estudio que fusionaba sexo y tecnología tomando como referencia la novela de J.G. Ballard. Aseguró que se trata de una historia de amor futurista.

Asociado al cine de terror, David Cronenberg siempre ha esgrimido un discurso audaz, provocador y a ratos excesivo a través del que siempre plantea interesantes cuestiones que, en muchas ocasiones, son tendentes a explorar la relación entre el ser humano y la tecnología.

En el año 1996, este autor de culto y firmante películas como ‘Videodrome’ y ‘Scanners’, presentó ‘Crash’ en el festival de Cannes, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado. En aquella ocasión, Cronenberg afirmó que su objetivo con esta adaptación de la novela de J.G. Ballard era «contar una historia que anuncia al hombre mecánico del siglo XXI».

Accidentes de coche

En su engranaje, la película propone una lectura sicoanalítica de los accidentes de coche y explora su potencial liberador de una energía sexual reprimida. La mecánica cotidiana del personaje encarnado por James Spader cambiará por completo como resultado de un terrible accidente automovilístico en el que se ve involucrada una mujer (Helen Hunter). Tras el choque, ambos experimentan una inexplicable atracción mutua.

Cronenberg afirmó que ‘Crash’ era una historia de amor futurista que se desarrollaba en el presente y tenía como base el estudio de una obsesión compartida por dos personas muy desconectadas de su entorno y que, de alguna manera, sienten que están muy conectados a través de los accidentes de coche.

En su búsqueda interior, topan con otras personas que han sufrido lo mismo y han sentido igual tipo de conexión entre ellos. De esta manera, los accidentes de coche se revelan como una metáfora de la colisión de la tecnología actual y la sique humana.

Retorcida y extrema, la película dividió tanto a crítica como público, en su empeño por mostrar una fascinación personal con la tecnología y la sexualidad.

La versión restaurada que ahora llega a los cines se presentó en 2019 en el Festival de Cine de Venecia.