La secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, y el responsable de Acción Social, Endika Pérez, comparecieron ayer en Bilbo para exponer su valoración del proyecto de presupuestos de la CAV. Para el sindicato, el Gobierno formado por PNV y PSE va a aprobar gracias a su mayoría absoluta unas cuentas «que cumplen al pie de la letra las órdenes neoliberales».

La clave del proyecto, sostienen desde LAB, es la decisión política de favorecer a la clase empresarial. «Este es, de arriba a abajo, punto por punto, el guion que se recoge en estos presupuestos. No hay voluntad política de iniciar una transición a un nuevo modelo que ponga la vida en el centro. En el camino de dar solución a los problemas estructurales que hacen imposible el trabajo, la pensión y la vida dignas, se renuncia al cambio de rumbo que exigen las políticas públicas», manifestó Aranburu.

«No hay ningún cambio estructural ni profundo, ni una pizca de ambición para abordar los retos a los que nos enfrentamos, pero lo que sí hay es mucha, pero que mucha propaganda», advirtió Pérez. «Urkullu no tiene como prioridad las medidas contra la exclusión y la pobreza», censuró.

El sindicato lamenta que no haya una clara apuesta política por los servicios públicos. Defiende que el incremento «excepcional» en el programa covid no logra revertir los recortes de años anteriores y queda lejos de destinar el 7% del PIB a sanidad o el 6% a educación. «No se pone límites a la política de privatización, mercantilización y recortes que ha imperado en los últimos años», alertó.

En su análisis de las cuentas del Ejecutivo de Lakua, LAB expone que se apuesta por el endeudamiento sin tocar la política fiscal, negándose a gravar más las rentas de capital o los beneficios empresariales, lo que vaticina nuevos recortes. Advierte de que va a continuar la privatización de los servicios públicos y las políticas de «transformación de los servicios públicos en espacios de negocio». Asimismo, considera que se va a profundizar en la precarización de las relaciones laborales y «destinar más dinero público a manos privadas».

«Las y los sanitarios son trabajadoras y trabajadores imprescindibles para sostener la vida, así como las y los trabajadores del ámbito de cuidados, limpieza, supermercados… La mayoría son mujeres, y todas ellas se merecen algo más que los aplausos de los balcones», reclamaron.

No más que un eslogan

La secretaria general de LAB criticó que se ignoren las reivindicaciones de todos esos sectores. «Decir que son unos presupuestos que no van a dejar a nadie atrás es un eslogan», denunció.

Aranburu insistió en que no hay medidas presupuestarias para mejorar las condiciones salariales y de trabajo de aquellos trabajadores y trabajadoras que han sido imprescindibles en los puntos álgidos de la pandemia. Citó los casos del personal de Osakidetza, servicios sociales y del conjunto de sectores precarios y feminizados, pero tampoco se atienden las demandas de los pensionistas.

La central considera que no es suficiente el apoyo a los sectores económicos especialmente afectados en la pandemia como la hostelería y el comercio local. Las ayudas que se conceden «se quedan cortas y estas subvenciones no exigen un compromiso suficiente con el empleo».

Según la secretaria general, «el binomio formado por el partido sistémico y la patronal va de la mano y, hoy por hoy, en las instituciones no hay correlación de fuerzas suficiente para cambiar las políticas públicas».

Ante ello, la dirigente de LAB dijo que tendrán que seguir movilizándose, tanto en los centros de trabajo como en las calles. «Es momento de grandes retos y deberíamos hacer un esfuerzo especial para construir alianzas entre los agentes en favor de la transformación, con objeto de construir los acuerdos sociales que exige esa transición del viejo al nuevo modelo», reivindicó Garbiñe Aranburu.