GARA
BILBO

Reclaman el fin del aislamiento de tres presos vascos en Soto y que Irati pueda estar cerca de sus padres y en casa

Etxerat alertó ayer de «la dura situación» que están padeciendo en la prisión de Soto del Real los presos políticos vascos en aislamiento Jurdan Martitegi, Iñaki Reta y Marixol Iparragirre, que por juicios está siendo habitualmente trasladada de Brieva a la cárcel madrileña.

Los tres tienen largas penas cumplidas en el Estado francés, donde terminaron en las prisiones más cercanas a Euskal Herria, concretamente las de Lannemezan y Mont de Marsan, a excepción de Iparragirre. Etxerat subrayó que, tras haber sido entregados al Estado español, se han encontrado «con un empeoramiento de sus condiciones», ya que se encuentran en aislamiento y a 430 kilómetros de su entorno familiar.

Son, en este momento, los únicos presos vascos en aislamiento, una vez que se acabara este régimen en Huelva, Córdoba y Sevilla. «Es totalmente incoherente el proceso de acercamiento de los presos vascos a Euskal Herria, aunque todavía incomprensiblemente la mayoría están siendo traídos a prisiones limítrofes, y de la aplicación del cambio de grados y otras medidas tendentes a acabar con la excepcionalidad con la situación propia de un pasado reciente que se mantiene en Soto», señaló el colectivo de familiares de los prisioneros.

Por ello, reclamó que «de igual manera que Instituciones Penitenciarias ha puesto fin al aislamiento sistemático de presos vascos en las prisiones citadas, ya es hora de que finalice el aislamiento de presos vascos en Soto del Real».

Kalejira por Irati

Por otro lado, la iniciativa “Jira eta bira Irati gurasoekin Euskal Herrira” exigirá este sábado el cumplimiento de los derechos de la niña que vive con sus padres en la cárcel de Aranjuez, mediante una kalejira que comenzará a las 17.30 en el Teatro Arriaga de Bilbo y finalizará en el Arenal.

En breve, el 8 de marzo, la niña bilbotarra cumplirá tres años. Actualmente vive con su madre en la cárcel de Aranjuez, a 450 kilómetros de su casa. También tiene a su padre en la misma cárcel, aunque en otro módulo. La legislación española obliga a la niña a desplazarse a Bilbo en cuanto cumpla los tres años.

Por ello, la dinámica Irati Gurasoekin Euskal Herrira pide que en la cárcel de Zaballa se prepare un módulo mixto para las familias o un piso tutelado para que Irati pueda vivir cerca de sus padres y de Bilbo.