Hasta la locutora parecía emocionarse al informar a la audiencia que España ya es miembro del selecto club de constructores de submarinos en el mundo y que muy pronto iniciará su singladura el S-81 “Isaac Peral”, primer submarino fabricado en España. Antes de su primera inmersión contará en su botadura con la presencia de los reyes de España y sus hijas. De hecho, la infanta Leonor será la madrina. Numerosos medios se han hecho eco en parecidos términos de la gesta.

Lo que no cuentan los medios tal vez para no restar grandeza a tan singular hazaña, es que el S-81 “Isaac Peral” debió acabarse en marzo del 2015, que costaba entonces 500 millones de euros, y que debió suspenderse su botadura al descubrirse que tenía un exceso de peso, como alrededor de 100 toneladas de más y que, en consecuencia, «ponía en peligro la flotabilidad de la nave y la posibilidad de emerger». Se calculaba al suspender su botadura en el 2014, un retraso de dos años (han sido siete) así como un aumento del presupuesto que mejor no nos lo cuentan para no engañarnos ni ofendernos. Al fin cabo, solo es el primero de cuatro submarinos con los que va a contar la Armada española.

El coronavirus no lo sabe pero tanto él como todos los virus que amenacen nuestras vidas, ya tienen sus días contados. España es así y la hemeroteca también.

(Preso politikoak aske)