En una viñeta de Mafalda aparece el personaje creado por Quino gritando, «paren el mundo que me quiero bajar». Poco antes de morir el dibujante argentino afirmó que esa viñeta era falsa. A pesar de ser falsa, es la frase que cualquiera gritaría a pleno pulmón al ver las barbaridades ocurridas estos días en Gaza y en la frontera de Ceuta. La agresión militar de Israel contra el pueblo palestino forma parte de un genocidio muy calculado que, como en toda ocupación, siempre responde a una razón económica. La miserable utilización de Marruecos de migrantes y menores para presionar al Estado español, lo único que busca es mantener la ocupación del Sahara y criminalizar el derecho del Frente Polisario a defender su territorio. No hay que ser un eminente politólogo para descubrirlo. Tampoco hay que serlo para darse cuenta de la pasividad, la inacción continuada y cuando no la complicidad que, ante estas y otras agresiones, muestran el Consejo de Seguridad de la ONU, la Comisión Europea y demás siglas internacionales de paz, derechos humanos, contra la violencia… todas aquellas que constituyen la llamada comunidad internacional. Existe otra viñeta de Quino, esta vez auténtica, en la que Mafalda mira pensativa una bola del mundo con un cártel que advierte: «Cuidado. Irresponsables trabajando». ¡Si solo fueran irresponsables! También tienen algo de canallas.