Dabid LAZKANOITURBURU

París veta a Londres en pleno drama migratorio en el canal de la Mancha

Los Gobiernos británico y francés continúan arrojándose los trastos a la cabeza en un repunte de la tensión bilateral con el trasfondo del dramático naufragio de migrantes ocurrido el pasado miércoles en el canal de la Mancha. Un rifirrafe diplomático que vuelve a ahogar con su indiferencia a los 27 muertos.

El Gobierno de París anunció ayer la anulación del encuentro entre el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, y su homóloga británica, Pitri Patel, tras la misiva publicada a última hora del jueves por el primer ministro del Ejecutivo de Londres, Boris Johnson, sobre la crisis migratoria en el canal de la Mancha.

Johnson publicó una carta en Twitter en la que propone al presidente francés, Emmanuel Macron, realizar patrullas marítimas conjuntas para evitar que las embarcaciones salgan de las costas francesas hacia Gran Bretaña o un acuerdo que «permita devolver a todos los inmigrantes ilegales que crucen el canal» y llegan a costas británicas.

«Consideramos la carta como inadmisible y contraria a nuestras discusiones entre homólogos», salió al paso ayer el Ministerio del Interior francés, y vetó a Pitri Patel en la reunión que debe celebrarse mañana en Calais entre los responsables de migración de Países Bajos, Bélgica, Alemania, Estado francés y de la Comisión Europea.

El portavoz del Gobierno francés, Gabriel Attal, reivindicó que «nuestros guardacostas, nuestros policías, nuestros gendarmes, han impedido que 7.800 migrantes crucen el canal de la Mancha en lo que va de año».

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Asimismo, Attal reiteró que «es necesario que los británicos envíen oficiales de protección para examinar las demandas de asilo que les conciernen». Eso sí, pasó por alto la política contra el derecho de asilo y el derecho de migrar que lleva a cabo su Gobierno y que incluye, entre otras medidas, diarias devoluciones en caliente en sus fronteras, como es evidente en el Bidasoa.

El ministro de Transportes británico, Grant Shapps, replicó que «los amigos y los vecinos» tienen que trabajar juntos, petición de colaboración que sorprende cuando llega de un Gobierno que hizo bandera de cortar lazos con el continente (Brexit), pero que se entiende ya que a la vez ha convertido la lucha contra la migración en su caballo de batalla.

27 personas ahogadas

Estaba previsto que una delegación británica se trasladara ayer mismo a París para dialogar con el Gobierno francés, mientras Patel iba a acudir mañana a Calais, frente a cuyas costas murieron esta semana al menos 27 personas –17 varones, 7 mujeres y 3 menores– que intentaban cruzar a Inglaterra.

El drama del miércoles es el más mortífero desde el incremento en 2018 de los peligrosos viajes de los migrantes a través del canal de la Mancha, que ven impedido su acceso al puerto de Calais y al túnel ferroviario que une el continente con la isla.

Los migrantes embarcaron en el puerto de Dunkerke en un long boat, un frágil bote hinchable con fondo flexible cada vez más utilizado desde el verano.

Desde inicios de año hasta el 20 de noviembre, 31.500 migrantes han intentado hacer el peligroso viaje, según cifras oficiales. Un naufragio en enero se saldó con tres muertos y cuatro desaparecidos bajo las aguas.

Conflicto pesquero

En paralelo a la crisis migratoria, Londres y París mantienen otras negociaciones abiertas sobre la limitación de licencias de pesca a trabajadores galos por parte de Londres, lo que había llevado a París a dar un ultimátum a Boris Johnson, pero tras semanas de discusiones no han logrado un acuerdo.

Los pescadores franceses pasaron ayer mismo a la ofensiva al lanzar una operación de bloqueo de puertos y del Eurotúnel bajo el canal de la Mancha, por donde pasa 25% de la mercancía entre Gran Bretaña y el continente, para exigir una solución a este conflicto, consecuencia del Brexit y de los (des)acuerdos de Londres con la Unión Europea.

La acción más contundente fue el bloqueo de la rampa de acceso del lado francés al Eurotúnel, que provocó un atasco de mas de un centenar de camiones con mercancías. El objetivo era bloquear las exportaciones para que «la población británica tome consciencia de lo que pasa». «Tienen acceso al mercado europeo y nosotros seguimos sin acceso a sus aguas», explicó Olivier Leprêtre, presidente del comité de pesca regional.

Al mismo tiempo, en Ouistreham (norte), cerca de las playas del desembarco aliado de Normandía, varios arrastreros impidieron a un ferri abandonar el puerto.