Singapur ejecuta a un hombre con discapacidad intelectual
Singapur desoyó ayer las críticas de la comunidad internacional y las inusuales protestas en la isla, y ejecutó a un preso malasio con discapacidad intelectual condenado por traficar una pequeña cantidad de heroína. Nagaenthran –Nagen– Dharmalingam, de 34 años, fue ahorcado en la prisión de Changi al amanecer.
Pocos casos habían concitado tanto interés como el de Nagen en Singapur, un país con un régimen semiautoritario que apenas informa sobre las ejecuciones y censura los temas controvertidos en la prensa local, si bien la discapacidad intelectual del preso despertó la indignación fuera y dentro del país.
Un tribunal rechazó la víspera la apelación presentada por la madre de Nagen y la petición de clemencia realizada por la ONU.
Al menos 300 personas se concentraron el lunes en el parque Hong Lim para pedir la suspensión de la ejecución de Nagen y de otro preso malasio, Datchinamurthy Kataiah, también condenado a muerte por narcotráfico y quien será ahorcado mañana.
Nagen fue arrestado en abril de 2009 por introducir 42,72 gramos de heroína en Singapur, que tiene una de las leyes anti drogas más draconianas del planeta y contempla la pena de muerte a partir de los 15 gramos de contrabando de dicha sustancia.
Activistas alertan de que la casi saturación en el corredor de la muerte está derivando en una aceleración de las ejecuciones tras dos años de parón.

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