Las bolsas europeas abrieron en junio con leves subidas, pero no fueron capaces de mantenerlas hasta el cierre de sesión. El Ibex, en su tercera caída consecutiva, no pudo aguantar sobre los 8.800 puntos, después de haber tanteado el lunes el nivel de los 9.000 puntos. Terminó con un recorte del 1,18%, hasta los 8.747,20 puntos.

Todos los grandes valores acabaron con pérdidas. Entre ellos destacaba Telefónica (-2,96%), que había subido en siete de las últimas ocho sesiones. Iberdrola se dejaba un 1,72% y BBVA, un 1,40%, mientras que el resto cedía menos del 1%. En el apartado de ganancias, brillaron Acciona (+3,45%) e Indra (+2,66%).

El resto de bolsas europeas tampoco evitó los números rojos. Fráncfort retrocedió un 0,33%; París, un 0,77%; Milán, un 0,93%, y Londres, un 0,98%. No iban mejor los índices del otro lado del Atlántico a la hora del cierre en Europa. En ese momento ampliaban las caídas de la víspera encabezados por el S&P 500 (-1%).

La posibilidad de entrar en recesión sigue atenazando a los mercados. Por tanto, cualquier dato que vaya en dirección contraria es positivo. Así sucedía ayer con la actividad manufacturera, todavía situada holgadamente por encima de los 50 puntos en el índice PMI, línea que separa la expansión de la contracción. En la eurozona cayó hasta los 54,6 puntos, desde los 55,5 puntos anteriores, pero se esperaban 54,4 puntos. Alemania y Estados Unidos también mantienen altas las expectativas de una actividad fuerte a pesar de la inflación.

Por otro lado, ayer aflojaba la presión del precio del petróleo, a la espera de conocer el desenlace de la reunión de la OPEP. El barril de Brent bajó hasta los 117 dólares, desde los 125 dólares que llegó a marcar el martes.