Las bolsas europeas no dieron su brazo a torcer y resistieron el giro a la baja de Wall Street, aunque se dejaron en el camino parte de las ganancias. El Ibex, por fin, pudo romper la barrera sicológica de los 8.300 puntos, llegando a marcar un máximo intradiario con 8.374 puntos. Hoy saldrá desde los 8.317,50 puntos, tras subir un 0,91%. Los inversores recibieron con agrado la determinación mostrada en el foro de los banqueros de Sintra por la presidenta del BCE, Christine Lagarde. A partir del viernes iniciará la compra de deuda con los reembolsos que proceden del programa de emergencia de la pandemia a fin de reducir la prima de riesgo de los estados periféricos. Además, dejó clara su intención de subir los tipos de interés en julio y acelerar el ritmo de normalización monetaria si la inflación no cede. En cambio, no dio pistas sobre el mecanismo que habilitará el BCE contra la fragmentación de la deuda. Por otro lado, se volvía a poner de manifiesto el pesimismo sobre el futuro económico de Europa con las caídas de índices de confianza del consumidor en Alemania y el Estado francés. Y lo mismo sucedía en EEUU, donde el índice del Conference Board baja hasta los 98,7 puntos, desde los 106,4 puntos de mayo. Las bolsas europeas salvaron la sesión y París sumó un 0,64%, Fráncfort, un 0,35%, Milán, un 0,79%, y Londres, un 0,90%. En Wall Street, los grandes índices, que abrieron en positivo, se movían en rojo a la hora del cierre en Europa. En el Ibex, las alzas fueron lideradas por Endesa (+3,24%), Naturgy (+3,02%) y Repsol (+2,97%), mientras que Fluidra (-3,77%) y Cellnex (-2,70%) eran los peores.