El principal acusado por los atentados de 2015 en París y Saint Denis, Salah Abdeslam, fue condenado ayer a una pena de reclusión perpetua sin posibilidad de libertad condicional. El Tribunal de lo Criminal de París condenó también a otro de los principales acusados, Mohammed Abrini, a cadena perpetua con un cumplimiento mínimo de 22 años.

El 13 de noviembre de 2015 varios comandos yihadistas abrieron fuego en terrazas de cafeterías y restaurantes, atacaron la sala de espectáculos Bataclan durante un concierto y tres atacantes suicidas se inmolaron cerca del Stade de France durante un partido de fútbol entre Francia y Alemania. El mayor ataque yihadista en el Estado francés fue reivindicado por el Estado Islámico.

Abdeslam fue el único superviviente de los nueve que cometieron los atentados, mientras que Abrini formaba parte del grupo que viajó desde Bruselas a París para ejecutarlos, aunque a última hora renunció a participar.

Los otros acusados fueron condenados a penas que oscilan entre la cadena perpetua y los cuatro años de prisión. El tribunal declaró a culpables a los 20 acusados que durante casi diez meses han comparecido por su implicación en los atentados que causaron 130 muertos y cientos de heridos.

En 19 de los casos, el tribunal declaró culpables por todos los cargos por los que estaban imputados, y en el últimos de ellos no mantuvo la inculpación de «terrorismo». Con todos los autores materiales muertos en la misma noche de los atentados (inmolados con cinturones explosivos o por disparos policiales), salvo Abdeslam, todos los demás fueron juzgados por su diferente nivel de participación en la concepción, preparación y apoyo.

Los condenados tienen un período de diez días para presentar apelación.