Los mercados europeos volvieron ayer a los números rojos, presionados por la nueva andanada de datos macroeconómicos preocupantes. Desde la apertura se dejó notar la falta de argumentos para apoyar las compras, dado que Wall Street había sufrido un correctivo en la víspera y se esperaban con temor datos de inflación en Europa, además del PIB de EEUU. Los peores presagios se cumplieron con el Estado español, que ve saltar en junio la inflación hasta el 10,2% interanual, su mayor nivel desde abril de 1985. Además, según esta primera estimación del INE, la tasa subyacente, sin productos energéticos y alimentos no elaborados, crece cinco décimas, hasta el 5,5%, récord desde agosto de 1993. Menos alarmante es el dato de Alemania, donde el IPC se reduce en tres décimas, hasta el 7,6% interanual. También hizo daño la lectura final del PIB del primer trimestre de EEUU. En ese periodo se produjo una contracción del 1,6%, frente al 1,5% del anterior cálculo. Esta confirmación de la caída del crecimiento y los elevados niveles de inflación devolvían los nervios a los mercados. El Ibex acabó con 8.188 puntos, después de ceder un 1,56%. Fráncfort descontó un 1,73%, París, un 0,90%, Milán, un 1,21%, y Londres, un 0,15%. En Nueva York, los grandes índices se movían cerca del nivel de apertura a la hora del cierre en Europa. En el Ibex, el peor era Grifols, que se desplomó un 12,33% ante los rumores sobre una ampliación de capital de 2.000 millones de euros. Por detrás, Fluidra (-9,38%), Colonial (-7,24%), Meliá (-6,10%) y Solaria (-6,08%). Bankinter (+1,66%) y Telefónica (+0,56%) registraron las mayores subidas.