Las trabajadoras de limpieza de Gipuzkoa llevan una semana de huelga convocada por ELA y ayer se manifestaron por las calles de Donostia para reclamar un convenio digno que acabe con las pésimas condiciones de trabajo. El convenio que tienen es de 2018 y no se ha renovado desde entonces, lo que supone condenarles a unos sueldos precarios, una parcialidad obligada y una brecha de género que no deja de aumentar.

Se trata de un sector que agrupa a 5.000 trabajadoras, de las que el 80% está a tiempo parcial, según datos de ELA.

La manifestación partió desde el centro comercial de la Bretxa, tomado como símbolo de la brecha salarial que padecen, y recorrieron las calles del centro de la ciudad para terminar en la Plaza de la Gipuzkoa, junto a la Diputación, una de las instituciones a las que responsabilizan de la situación en la que se encuentran. En ese punto recibieron el apoyo de los trabajadores de Avanza, que se encuentran en otro conflicto laboral en el que el ente foral no es ajeno.

Durante el recorrido corearon consignas como ‘‘Limpiando todo el día por una porquería’’, ‘‘¿Dónde está, no se ve, nuestro sueldo a fin de mes?’, ‘Antes esenciales, ahora invisibles’’ o ‘‘La parcialidad es precariedad’’.

«Desde Irun hasta Legazpi, desde Arrasate a Zarautz, las trabajadoras de la limpieza nos hemos levantado para ir a por nuestro convenio», declararon en el acto de ayer, que puso el broche a la movilización. Tras felicitarse por que en otros sectores se están firmando convenios que mejoran ostensiblemente las condiciones laborales, destacaron que están dispuestas a seguir luchando para conseguir uno similar para ellas.

SIN AUMENTO SALARIAL DESDE 2018

«Hemos hecho esta huelga porque estamos fuertes y porque estamos hartas de que desde 2018 no hayamos visto ningún aumento salarial y de que se rían de nosotros en las mesas de negociaciones», proclamaron.

Denunciaron que la patronal ha obstaculizado la negociación mientras ha aplicado aumentos del IPC a sus clientes y se los ha negado a sus trabajadoras. «Estas empresas miserables que se han enriquecido durante la pandemia no han repartido ni un euro entre sus trabajadoras», añadieron tras la movilización.

Valoraron positivamente la respuesta obtenida por la huelga y se mostraron dispuestas a continuar con esta lucha si la patronal no responde con la firma de un buen convenio. «Tenemos la razón, tenemos la caja de resistencia y, sobre todo, tenemos una mala hostia que no veas. No vamos a parar hasta conseguirlo», advirtieron.

«Están acostumbrados a que las mujeres que trabajan en la limpieza lo hagan silenciosamente. Y no a que recurran a la lucha y se planten con el puño en alto. Nos identifican con sus mujeres, esposas o hijas, que han realizado para ellos tareas de limpieza y cuidados gratis durante toda su vida», destacaron. «Somos personas, somos clase trabajadora y reclamamos dignidad».

«Estamos asqueados de los discursos que escuchamos sobre la brecha salarial de género. Parece que es algo que hay que repetir cada año, pero sobre lo que no se quieren aplicar medidas concretas, como si fuera algo que hay que aceptar. Aquí estamos las limpiadoras con reclamaciones concretas y posibles. La brecha salarial no es un concepto abstracto para nosotras. Vivimos en la brecha, la sufrimos todos los días», denunciaron, antes de recordar que se perpetúa en el futuro a la hora de cobrar las pensiones.

Asimismo, denunciaron a la patronal del sector por presentar licitaciones a la baja que se convierten en rentables gracias a la explotación de las trabajadoras. También pusieron sobre la mesa la responsabilidad de las instituciones públicas, «al margen de que los partidos que las gestionan sean de derechas, de centro o de izquierdas. Esto es así, ya nos gustaría decir otra cosa». Además, lamentaron que otros sindicatos no se hayan sumado a esta huelga de las trabajadoras de la limpieza.