Encerrados en las formas
El árbol de Gernika no da la suficiente sombra como para que la ceremonia de toma de posesión del nuevo lehendakari supere en interés estético a un centro de Nico Williams. Desapasionadamente miro, remiro, ojeo con atención y veo a Imanol Pradales como viejo y anticuado, como si estuviera a punto de caducar. Forma parte de una galería de dirigentes políticos que hacen carrera, como si acabaran de ganar una oposición y que esperan siempre que la autoridad competente dicte lo que hay que hacer.
Evidentemente es mi mirada la que distorsiona toda esta realidad retransmitida con la nitidez de un documental sobre la vendimia nocturna. Estamos encerrados en las formas y de tanto escudriñar se nos ha deformado la capacidad de sentir algún tipo de sensación más allá de lo rutinario. Porque la alternativa sería sentirse como se sintieron ayer Núñez Feijóo y su colega Borja Mari Semper, que mientras la autoridad competente en el PP hacía el ridículo espantoso en una ceremonia que ni siquiera tenía un mínimo valor formal, ambos estaban en un lugar indeterminado en un aula musical infantil, tocando los palitos con tan poca gracia que desbordaba de significados esa ausencia obligada de la foto en la Puerta del Sol madrileña junto a Javier Milei, una muestra clínica de un ser auto parodiado.
Un detalle. IDA tuvo un ataque de celos porque MAR cuchicheó a sus espaldas con Milei. Por eso la distancia manifiestada en la fría ceremonia de entrega de una medalla para soltar un discurso monocorde de anti-socialismo y hacer campaña a favor de Sánchez.

El PP amenaza con el exterminio político a EH Bildu y sin tener turno de palabra

El exalcalde de Hondarribia fichó por una empresa ligada a Zaldunborda

«Tienen más poder algunos mandos de la Ertzaintza que el propio Departamento»

Etxebarriazarragak jantzi du Bizkaiko txapela
