J.S.

Las ventanas, principal punto de pérdida energética

Las ventanas constituyen el elemento de la fachada que mayor pérdida energética puede ocasionar. La elección de los materiales más indicados -tanto en el perfil como en el vidrio- y una correcta colocación de los mismos pueden ayudar a ahorrar hasta un 25% en la factura energética.

Cuanto más grandes sean las ventanas, más a gusto estaremos en casa. Pero si no están bien colocadas y no están fabricadas con los materiales más indicados, pueden suponer un quebradero de cabeza, sobre todo en invierno.
Cuanto más grandes sean las ventanas, más a gusto estaremos en casa. Pero si no están bien colocadas y no están fabricadas con los materiales más indicados, pueden suponer un quebradero de cabeza, sobre todo en invierno. (Gorka RUBIO | FOKU)

La próxima llegada del invierno nos recuerda la necesidad de preparar nuestra vivienda para el frío, no solo con los sistemas de calefacción más eficientes, sino también con los elementos de aislamiento más adecuados.

Existen muchas formas de mejorar el aislamiento de la vivienda. Se puede actuar remodelando el interior de la misma mediante la instalación de materiales aislantes, o se puede actuar sobre la capa que la protege desde el exterior.

En ese contexto, las ventanas constituyen el elemento que une ambas caras de la fachada, dejando entrar la luz natural al interior de cada estancia de la vivienda, al tiempo que permiten disfrutar de las vistas al exterior. Cuanto más grandes sean, más a gusto estaremos en casa. Pero si no están bien colocadas y no están fabricadas con los materiales más indicados, pueden suponer un importante quebradero de cabeza, sobre todo en invierno.

Y es que, además del confort, un correcto aislamiento térmico de las ventanas nos puede ayudar a ahorrar hasta un 25% en nuestra factura energética. Así pues, la inversión que puede suponer la instalación de ventanas aislantes se amortizará en poco tiempo gracias a una sustancial reducción de la factura energética. Además, si estas ventanas son de calidad, la inversión inicial resultará aún más rentable ya que, dependiendo del material que elijamos, pueden durar hasta 40 o 50 años.

ELEGIR EL MEJOR PERFIL

Para elegir el material que mejor se adecúe a nuestras necesidades, es muy importante ponerse en manos de los especialistas, que son quienes mejor nos asesorarán en torno a los materiales que tendremos que instalar.

Para ello, los profesionales estudiarán en cada caso la ubicación del edificio, si se encuentra, por ejemplo, en lo alto de una montaña, en la costa o rodeado de casas, con el fin de decidir qué material dará una mejor respuesta. También tendrán en cuenta las necesidades específicas del cliente, ya que algunos priorizarán el calor, otros la luminosidad, otros la ausencia de ruidos...

Aitor Zabaleta, responsable de la empresa Ventanas Aislantes Txipi de Bergara, lleva más de tres décadas instalando estos elementos en todo tipo de edificios, tanto viviendas como comercios, caseríos o empresas.

Señala que hoy en día los materiales que más se emplean son el PVC y el aluminio con rotura de puente térmico, aunque hace unos años también se instalaban ventanas mixtas, es decir, que combinaban la madera en el interior con el aluminio en la parte exterior.

A la pregunta de cuál es el mejor material, Zabaleta señala que hay que estudiar cada caso, aunque en términos generales se inclina por el aluminio con rotura de puente térmico. Reconoce que el PVC es un material económicamente asequible y sus propiedades aislantes son muy buenas, gracias a su nula conductividad térmica, lo que permite unos coeficientes de transmisión térmica muy inferiores respecto a otro tipo de materiales. Además, es un material cálido, por lo que evita por completo los problemas de condensación en sus perfiles.

No obstante, matiza que al tratarse básicamente de plástico, su durabilidad no es muy alta y que, con el paso de los años, las inclemencias meteorológicas y el sol terminan pasando factura. Además, explica que «con el fin de darle consistencia, en su interior van reforzadas con hierro, por lo que su peso aumenta de forma considerable, y si las hojas de las ventanas son de gran tamaño, los herrajes terminan deformándose y ya no cierran herméticamente».

En su opinión, las que mejor resultado ofrecen son las de aluminio con rotura de puente térmico. El aluminio es un material muy ligero y resistente, pero al ser un conductor de calor, hay que optar por las que tienen rotura de puente térmico. En este caso, el grado de aislamiento tanto térmico como acústico es similar al de las de PVC pero, a diferencia de estas últimas, son más ligeras y duran mucho más. «Son ventanas para toda la vida. Nosotros hemos retirado ventanas colocadas hace treinta y cinco años, porque no tenían rotura de puente térmico, y están como el primer día», asegura.

Por último, en cuanto a las mixtas, el responsable de Ventanas Txipi tampoco es partidario de colocarlas, ya que con el paso del tiempo, terminan dando problemas. Según señala, «los coeficientes de dilatación de la madera y del aluminio son muy diferentes, lo que termina deformando los marcos de las ventanas hasta extremos increíbles».

En este sentido, Aitor Zabaleta destaca la importancia de una buena instalación, ya que por muy buenos que sean los materiales, si se dejan rendijas sin cerrar, el calor terminará saliendo al exterior. Uno de los puntos que más problemas generan son los cajones de las persianas, por los que se cuela el frío del exterior. Lo ideal es anularlos y hacer un cerramiento específico para la nueva ventana.

PEQUEÑA OBRA

La sustitución de las ventanas de una vivienda conlleva siempre una pequeña obra, aunque suele ser cuestión de unos pocos días y además no se genera mucha suciedad. A modo de ejemplo, si en una casa hay que sustituir seis o siete ventanas, el trabajo no se prolonga más de dos o tres días. Además, mientras dura la obra, las personas que residen en la vivienda pueden hacer vida normal. Y es que la ventana que se retira por la mañana está colocada para la tarde.

Los profesionales que se dedican a la colocación de ventas aislantes subrayan además el ahorro económico que suponen y, a las personas que creen que se van a gastar «una fortuna», les recuerdan que notarán la diferencia desde el primer momento y que la inversión se recupera a corto-medio plazo, a través de un importante ahorro en la factura energética.

Además del doble acristalamiento, las ventanas pueden llevar una lámina térmica. (NAIZ)

Vidrio inteligente, la mejor elección

Al margen de los perfiles, el vidrio también constituye un elemento de vital importancia cuando se habla de eficiencia energética, ya que ocupa alrededor del 70% de la superficie de una ventana.

Actualmente, la tendencia general es instalar ventanas de doble acristalamiento, es decir, fabricadas con dos hojas separadas por una cámara intermedia sellada de unos 16 milímetros. Se considera la opción más eficiente y recomendada en términos de aislamiento térmico, acústico y eficiencia energética.

En los edificios con mayores requerimientos térmicos, se instala incluso triple acristalamiento, si bien su precio es mayor y su peso también aumenta de forma considerable.

Además de ello, algunas de estas ventanas incorporan también los conocidos como vidrios inteligentes, fabricados con una lámina intermedia que no deja que se escape el calor del interior de la vivienda y tampoco deja que entre el frío del exterior. Estos vidrios se obtienen mediante un proceso de pulverización de partículas de óxidos metálicos, principalmente de plata, sobre una de las caras del cristal, lo que confiere a este propiedades especiales de reflexión, manteniendo su aspecto incoloro.

Así pues, si hasta ahora los perfiles eran los elementos más importantes a la hora de elegir una ventana u otra, actualmente el tipo de vidrio y su disposición en el perfil ha adquirido igual o mayor importancia.