«Maria Callas fue demasiado sensible para sobrevivir»
Monica Bellucci (Città di Castello, 1964) invoca al espíritu de la mítica soprano griega Maria Callas en una obra de teatro que a finales de este mismo mes llega, en forma de documental, a Movistar Plus+. La italiana nos cuenta sobre su reverencia y compasión hacia la prima donna, recuperada también ahora en la pantalla grande por Angelina Jolie.

“Maria Callas por Monica Bellucci” es el registro fílmico de la gira mundial de la obra teatral “Maria Callas: Letters and Memories”, protagonizada por Monica Bellucci como la gran diva de la ópera. A través de esta crónica, que engloba espectáculos desde 2019 hasta 2023, entran en diálogo dos épocas diferentes: los años en que “la Callas” alcanzó la cima de la fama y la actualidad, donde la reina del bel canto no es más que un fantasma. Sostienen la conversación las voces de ella, Bellucci declamando, y de ella, la Callas, que está ahí -evocada al presente por encima de la orquesta en directo- aunque no oigamos ni una nota de su voz.
La película nos meterá también, y con ánimo de bajar este suflé sentimental en blanco y negro, en el backstage de las representaciones.
Tom Volf (“Maria by Callas”, 2017) dirige la cinta, en colaboración con el creativo publicitario Yannis Dimolitsas. Pero las protagonistas indiscutibles son ellas dos, dos mujeres que cargan con la pesada carcasa de un talento descomunal. Un poder que, a día de hoy, miramos con ambivalencia, aunque queda clarísimo -lo repite en todas sus intervenciones- el interés de Bellucci por explorar la dualidad de la diva frágil, la sensibilidad de esta mujer valiente y la nobleza de un “pajarillo” de corazón incontrolable.
“Maria Callas por Monica Bellucci” llega a Movistar Plus+ a pocas semanas del estreno de “Maria Callas”, cierre de la trilogía de damas trágicas de Pablo Larraín, con Angelina Jolie atreviéndose a explorar la faceta más obsesiva, traumatizada y algo ridícula de “La Assoluta”. La musa italiana ha optado por una elegía mucho más convencional, reverente. Tanto la Callas como ella (cuya carrera empezó en las pasarelas de Dior, Givenchy, Yves Saint Laurent o Versace), interpretamos, tienen una relación compleja con la idolatría. Maria Callas celebró el centenario en 2023; Monica Bellucci hoy tiene sesenta. Nos atendió durante el pasado Zinemaldia, donde la película se proyectó, fuera de concurso, en Perlak.
¿Qué ha descubierto sobre Maria Callas al meterse en su piel?
De hecho, lo que veréis refleja un encuentro entre lo que representa Maria Callas y mi forma de interpretarla. Para mí, esta mujer fue una verdadera gran inspiración. Primero como ser humano, y luego como artista. Esa dualidad me gusta: es una diva, una prima donna con un talento inmenso pero un corazón sencillo. Es por ello que inspira a tanta gente, así como a tantos artistas de diferentes mundos profesionales y de distintas generaciones.
Maria creía en su voz como una bendición, pero, al mismo tiempo, el talento la separaba del resto de mundo. ¿Cree que el talento también puede ser una especie de maldición?
No, no lo creo. Creo que lo que la mató fue su vida, no su talento. De hecho, tal vez fuera su talento lo que la acabó salvando, lo que la liberó. En el escenario ella se sentía feliz, por mucho que sufriera. Cuando actúas, siempre sufres de alguna forma, aunque no tenga nada que ver con el sufrimiento en la vida real.
También me gusta que fuera impredecible. Y sí, porque tenía un extraordinario talento acaba sacrificando toda su juventud por trabajo. Pero cuando conoce a Onassis, abandona el trabajo por amor. Al mismo tiempo, es a través de él que descubre su feminidad y aspira a vivirla plenamente. En la obra aspiramos a captar esa parte sensible e íntima, el pajarillo que lleva dentro. Lo que veréis es inédito, diferente a todo lo demás. Es una Maria secreta, privada.
El rol como Maria Callas fue su primera experiencia en el teatro, ¿qué pensó cuando la llamaron?
Me asusté un poco, al ser una primera vez, pero al leer sus cartas y sus memorias, llenas de emociones y de nobleza, presentí que sí, que podía acariciar su alma. Me sentí emocionada y conmovida y quise compartir esa emoción con otra gente.
De entre las cartas, las hay a Onassis, a su hermana, a su madre. Incluso a Pier Paolo Pasolini. ¿Hay alguna que la conmoviera en particular?
La primera carta que leí era para Onassis. En ella, veías a una mujer absolutamente rota en su dualidad, que, sin embargo, escribía que la peor herida de su vida no había sido Onassis. En la carta, explicaba que su mayor castigo era el no haber tenido nunca hijos, no haber podido construir una familia. A menudo hablaba de la difícil relación que tenía con su madre y con su hermana, así como sobre la infelicidad de su infancia.
Quizás fuera demasiado sensible para sobrevivir, pero al mismo tiempo se alzaba con tanta fuerza y valentía que quien era solo podía surgir de lo más profundo de sí misma. Aquello la convirtió en una mujer hermosa, encantadora, elegante, glamurosa. Que trabajaba muchísimo, cantando e interpretando. Pero que no podía controlar su corazón.
Es imposible no amarla, tiene algo muy sincero, muy real, directo y puro. Por ello, Angelina Jolie ha hecho un biopic, y Marina Abramovic hizo un espectáculo increíble [“Marina Abramović: 7 Deaths of Maria Callas”, coescrita con Petter Skavlan]. Ellas y tantos otros artistas. Marie Laforêt [con la obra “Masterclass ou la leçon de chant de Maria Callas”, de 1997], Fanny Ardant, en su película con [Franco] Zeffirelli [“Callas Forever”, 2002]. Así son las mujeres que inspiran… No basta con ser la mejor soprano de todos los tiempos, también hay que ser un ser humano muy especial.
¿Diría que por fin conoceremos a la verdadera Maria?
Sí. En la obra de teatro interpretamos la parte más vulnerable de ella, a la que muy poca gente ha accedido. Representamos a ese pajarillo, con su nobleza, su fragilidad y sensibilidad, que la ensalzaron pero también la pusieron en peligro.
¿Qué sintió en esa gira leyendo cartas enfundada en el vestido negro de Maria Callas?
Ah, ese vestido precioso. Se trata de un antiguo modelo de Saint Laurent. Ese vestido me hizo sentir que me metía en su piel. Puede tratarse de solo una ilusión, pero eso fue lo que sentí. Y me siento increíblemente afortunada de poder presentar este documental, una película que percibo como un encuentro entre artistas.
Se dice que Maria Callas era “frágil” y “sensible”, eso queda claro. Pero ¿con qué otras palabras la definiría?
Cuando aceptamos cualquier papel, primer tenemos que encontrar algo con lo que conectamos. En mi caso, puedo entender su feminidad, también la lucha que tenía entre su vida real y la imagen que proyectaba. Y cómo no, yo también tengo un corazón mediterráneo. Tal vez por eso puedo comprenderla más allá de las palabras.
Además, nacida en Nueva York, luego se mudó a Grecia, se hizo famosa en Italia y volvió a París… Era una extranjera donde quiera que estuviera. Puedo identificarme con eso. Por último, era una mujer valiente, el coraje en persona.

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