Raimundo FITERO
DE REOJO

Dudas más que razonables

Mantengo el espíritu de explorador perdido en el océano de los buques fantasmas. Si llegamos a la sabia conclusión provisional de que no existe una única realidad, lo de la verdad lo dejamos de manera definitiva para los dogmáticos ecuménicos. En este recodo del camino, el horizonte se mueve de manera capciosa. En el cónclave vota un centenar largo de varones setentones. El voto femenino no interviene para nada entre tanto faldón. ¿Dónde se ve una rendija para el progresismo? Imposible, la Iglesia es un negocio milenario que se fundamenta en lo invisible, en la escala de poder y en la fascinación del relato basado en la credulidad que llaman fe.

Ante la escapada lateral que todo el trumpismo realiza sin coordinación, Putin mantiene la horizontalidad y plantea en el tablero geoestratégico un jaque del pastorcillo, una jugada en la que no intervienen los alfiles, sino los peones, dejando las torres y los caballos bloqueando el trono bifronte mientras contempla las ridiculeces de su amigo naranja que no sabe descifrar el mensaje chino que lanza un desmentido absoluto contra la ilusión pendenciera de los voceros yankis que dicen que están negociando aranceles con el gigante asiático, expresión deteriorada por el uso polisémico, pero que quiere disimular la estúpida situación en la que se encuentra el tigre de papel americano debido al cúmulo de errores que le sitúa en la Gran Desilusión, paso previo a la Gran Depresión. La cobardía como colágeno sustitutorio de los pies de barro. Cita en el Vaticano de enmascarados entre la bruma del incienso y el canto gregoriano.