Del oscuro y la oscuridad
Oscuro final. Una de las estrategias de dramatúrgica escénica son los oscuros, ese apagón de luces que sirve para marcar tránsitos o cambios de escena. Incluso en los textos, se usa el término oscuro para señalar que se cambia de ámbito, Es un recurso muy utilizado en todo tipo de puesta en escena, que si no está bien dosificado o está mal medido en los segundos utilizados puede producir un desajuste de atención. Los avances tecnológicos aplicados han ayudado a que estos oscuros sean totales y casi inmediatos, al igual que el reinicio de cualquier tipo de iluminación minuciosa.
Hace unas décadas al ser todo más rudimentario, se usaban muy poco ya que existían otras estructuras dramáticas en boga. Cuando hablamos de grandes genios del teatro, pongamos que nos referimos a los griegos, isabelinos, al siglo de oro, el oscuro no existía, se iluminaba con la luz solar o antorchas. Y del oscuro, la oscuridad, obras que plantean la oscuridad total para los personajes o el público. No es lo mismo. Pueden hacer creer que hay oscuridad o puede haber oscuridad para provocar sensaciones límites en el público. Existe teatro realizado por personas con capacidades visuales diferentes o incluso ceguera. Hasta críticos de teatro en esa situación. Sin metáforas.

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