ANOETA SE PASA A LAS DOS RUEDAS CON UNA MESA REDONDA DE MUCHOS VATIOS
Historias entrañables, anécdotas, recuerdos buenos y otros no tanto... Durante casi dos horas el ciclismo fue protagonista en un escenario inusual para él, un estadio de fútbol. Leire Olaberria, Pello Bilbao, Juanma Garate y Mikel Landa, con Ander Izagirre como moderador, hicieron disfutar a los asistentes a Korner Festibala.

Korner Festibala hizo que Anoeta cambiara ayer el balón por las dos ruedas. El ciclismo fue el protagonista de una mesa redonda con nombres que necesitaban poca presentación y que llenaron el auditorio del estadio. Con el periodista y escritor Ander Izagirre como maestro de ceremonias -autor, entre otros, de los libros “Plomo en los bolsillos” y “Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey”-, tomaron parte Leire Olaberria -medallista olímpica en pista en Beijing 2008-, el ahora director del Education First Juanma Garate, y Pello Bilbao, corredor del Bahrain con victorias en Giro y Tour, entre otras.
También estaba anunciado Mikel Landa. El arabarra sigue convaleciente de su durísima caída en el arranque del Giro, pero participó unos minutos por videoconferencia, con el corsé que lleva para sostener su columna. «La recuperación va bien, pero cada día me cuesta más encontrar la paciencia», señaló. Aún le quedan tres semanas con el aparato, aunque puede realizar ejercicios sin doblar la espalda. Landa lamentó que el accidente le dejara fuera de combate, porque «lo había preparado bien y me veía con posibilidades de estar el podio».
En relación con el anfitrión, Izagirre recordó que la Real Sociedad ganó su primera Copa bajo el nombre de Club Ciclista San Sebastián, ya que no podía presentarse con el suyo, pues la normativa exigía que los participantes tuvieran al menos un año de vida, y la Real no lo tenía. Años más tarde llegaría el derribo del velódromo que rodeaba el césped de Atotxa y la famosa maldición de monsieur Comet.
Ya sin Landa en la pantalla, la charla comenzó con un repaso a lo más actual, sobre todo con dos protagonistas recién llegados de la “corsa rosa”. «Todavía estoy tratando de digerirlo», indicaba Garate, cuyo equipo ha rozado la victoria final con Richard Carapaz y que vio cómo se le escapaba en una subida al Col de Le Finestre en la penúltima etapa. El irundarra explicó que ideó su estrategia «pensando que Del Toro iba a reaccionar de otra manera» y respondería al ataque de Yates.
Izagirre les pidió que expusieran cómo fue el arranque de sus carreras deportivas. Los tres coincidieron en que comenzaron con otros deportes y que nunca de pequeños habían pensado en ser ciclistas. Olaberria empezó «con 14-15 años en el atletismo», llegando a ser campeona de España de 100 metros. Ese arranque explosivo no tuvo continuidad y con 19 dejó la competición, aunque seguía entrenando. En un giro de guion poco usual, con 26años le propusieron probar con la bici, «vi que tenía potencial y di el salto».
PINITOS CON EL BALÓN
Tanto Bilbao como Garate hicieron sus pinitos chutando un balón. El de Gernika se dio cuenta que ni era lo suyo ni se divertía, y comenzó a salir con la bici con sus amigos. «Eso sí que me enganchó. Me divertía tanto que seguí por inercia, hasta que Miguel Madariaga -entonces manager de Euskaltel-Euskadi- me puso el primer contrato sobre la mesa».
A Garate sí le gustaba el fútbol, pero un problema en los pies le obligó a frenar y así comenzó con la bicicleta. En aquella época se enviaba el currículo con los resultados a los equipos profesionales -«recortes de periódicos que mandabas por fax»- y tuvo la suerte de que le llamó el Lampre italiano. Un maillot rosa, igual que el del Iberdrola en el que corría en aficionados, igual que el del equipo que dirige actualmente. Casualidades de la vida.
Tras charlar sobre sus inicios, Izagirre les planteó tres momentos relevantes de sus carreras. A Garate le preguntó por su victoria en el Mont Ventoux, en el Tour de 2009, cuando corría en Rabobank. La carrera iba mal para el equipo neerlandés, pero en la penúltima etapa hizo valer su experiencia para superar a Tony Martin.
Pello Bilbao también ha probado las mieles de la victoria en la ronda gala. Fue en 2023. «En los primeros días hubo muchísima presión, tenía un plan para ganar en Bilbo o en Donostia, que no salió. Pero nunca había estado tan fuerte». Y eso lo aprovechó, más tranquilo, en la 10ª etapa.
Por su parte, Olaberria recordó que no contaba entre las favoritas en la prueba de puntuación de Pekín, lo que le permitió ir mentalmente muy tranquila, tanto antes como durante la carrera. Hasta que lanzó el último sprint, miró al marcador y vio que se había llevado el bronce.
Bilbao puso un buen broche redefiniendo qué es triunfar. «Uno de mis mejores momentos fue en el Giro de hace 4 años, ayudando a Caruso a ganar una etapa y quedar segundo. Ahora tenemos un vínculo especial, él me dice que dentro de 20 años iré a visitarle a Sicilia y lo seguiremos contando». Y eso valdrá más que una medalla o un trofeo en la pared.

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