El PP coge el carril de la ultraderecha para intentar llegar a la Moncloa

Aunque Alberto Núñez Feijóo dijo apostar por la «centralidad» política para llegar a La Moncloa -aunque también es verdad que puso a José María Aznar como ejemplo-, la ponencia política debatida estos días en el Congreso Nacional del PP evidencia un acercamiento de su partido al marco ideológico establecido por la extrema derecha, con menciones a las «denuncias falsas» sobre violencia machista y vinculando la migración con la seguridad. Y evita marcar posición sobre el derecho al aborto o la eutanasia.
En lo que se refiere a la interrupción voluntaria del embarazo, el PP ha preferido dejar de fijar un posicionamiento después de que el Tribunal Constitucional diese luz verde a la ley de plazos, que ellos mismos recurrieron. Esta decisión recuerda a lo ocurrido hace unos años con el matrimonio igualitario, que también llevaron al Constitucional. Tras el fallo decidieron acatar el nuevo derecho, y algunos dirigentes de la formación, como el gasteiztarra Javier Maroto, decidieron casarse.
En lo que se refiere a la familia, el PP ahora establece que «la decisión de tener un hijo tiene que ser personal», y, si bien reivindica el «papel fundamental del padre», detalla que «familia es la que cada uno forma libremente, como cada uno elige, para desarrollar su propio proyecto vital».
Por otra parte, no alude a la gestación subrogada, una práctica que acordaron debatir en 2017, cuando Ciudadanos defendía su legalización.
«DENUNCIAS FALSAS»
El partido de Núñez Feijóo ha sustituido el término de violencia de género por el de violencia machista y promete una respuesta firme, con prisión perma- nente revisable para los reincidentes. No obstante, pide combatir la violencia machista «sin criminalizar a los hombres por el mero hecho de serlo» o «ser implacable con las denuncias falsas»: «La justicia consiste en juzgar a los culpables, no en condenar a los inocentes», apostilla.
También aboga por «retrasar al máximo cualquier tratamiento de cambio de sexo» en casos de menores, para que esas decisiones se tomen «solo con plena madurez y con el acompañamiento psicosocial y médico adecuado», en línea con lo que ha planteado la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Defiende asimismo que debe ser el sexo biológico el que rija las competiciones deportivas y rechaza la autodeterminación de género actualmente recogida en la legislación. Según indica, esta posibilidad provoca inseguridad jurídica y profundiza «en el borrado de las mujeres».
RELACIONA MIGRACIÓN Y SEGURIDAD
En su ponencia, el principal partido de la derecha española, que más allá de la euforia demoscópica actual -que se debe más a errores ajenos que a los aciertos propios- mira de reojo al alza sostenida de los ultras de Vox, endurece su política migratoria, que vincula con la seguridad, y apuesta por desligar el empadronamiento de personas en situación irregular con las prestaciones económicas al entender que «la irregularidad no puede generar derechos».
Aboga además por condicionar la residencia de larga duración a que se contribuya a la seguridad social y al conocimiento de la lengua y la cultura española. Y promete «tolerancia cero» con las personas migrantes que cometan delitos «y con los que no se quieran integrar». También apuesta por el control de las fron- teras, y rechaza el burka y el niqab al señalar que «invisibilizan u oprimen a la mujer».
Euforia en el Ifema: «¡Vamos a arrasar!»
«¡Los vamos a arrasar!», clamó Alberto Núñez Feijóo ante los compromisarios y dirigentes de su partido reunidos en el Ifema de Madrid, en un XXI Congreso que, esperan, sea su pista de despegue hacia el Gobierno. Esa frase resume el ánimo con el que en el seno del PP han asistido a una cita donde ni siquiera la sempiterna presencia de Isabel Díaz Ayuso, que jugaba en casa, ha ensombrecido al equipo liderado por el político gallego, que fue reelegido ayer presidente de su partido con el 99,24% de los votos.
Feijóo comparó la situación que vive su partido con la del PSOE, en un momento de convulsión interna: «No hay más que comparar lo que ha pasado esta mañanita en la calle Ferraz con lo que está pasando aquí durante tres días», expuso el líder del PP, que se presentó como el candidato necesario para «reconstruir el país» con un «manual de decencia», en alusión al “Manual de resistencia” acuñado por Pedro Sánchez. «Yo no soy ni seré como él», dijo Feijóo sobre su némesis, apostillando que «si hago lo que hace él, echadme del partido». Cerca tenía mirando a sus predecesores M. Rajoy y a José María Aznar. No estaba Pablo Casado, por lo que sea. GARA

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