La Caravana Abriendo Fronteras - Mugak Zabalduz inició ayer su recorrido para visibilizar las «realidades olvidadas» de las personas migrantes y denunciar las políticas migratorias europeas que «vulneran sistemáticamente los derechos humanos». En su décima edición, salió desde Irun y Girona, para recorrer «puntos críticos de frontera» como Baiona, Portbou, Calais o Dunkerque.

La iniciativa, según explicaron sus organizadores, quiere poner en valor «los espacios autoorganizados por personas migradas y su labor fundamental en la cohesión social y la solidaridad mutuas», así como «las luchas colectivas para garantizar el derecho a padrón de todas las personas y la especial protección de los colectivos más vulnerables, como el de las personas menores de edad».

Los participantes en la Caravana, tras una jornada reivindicativo-festiva previa el viernes en Bilbo, se reunieron en Irun y, desde allí recalarán en Baiona y Uztaritze, donde denunciarán «la represión de la solidaridad y el racismo institucional», parte de la campaña ‘J'accuse’.

Por su parte, en París, tal y como explicaron, «alzaremos la voz frente a la derechización del Elíseo y sus políticas cada vez más deshumanizadas, y denunciaremos su complicidad con el Estado genocida de Israel, así como con regímenes y estados que ejercen violencia a través del extractivismo neocolonial».

La etapa central de la caravana se acercará al Canal de la Mancha. Actualmente, unas 1.800 personas malviven en Calais y Dunkerque, «en campamentos improvisados, a menudo sin acceso a agua potable, alimentos, atención sanitaria o un alojamiento digno».

La última será en Toulouse y buscará conocer los proyectos solidarios de las organizaciones locales y sus «estrategias de resistencia y dignidad frente a la desposesión y la discriminación».