Las agencias de la ONU han destacado colectiva y consistentemente la urgencia extrema de brindar ayuda humanitaria inmediata y a gran escala en Gaza, dado el aumento de muertes por hambre, el rápido empeoramiento de los niveles de desnutrición aguda y la caída en picado del consumo de alimentos en dicha zona, donde cientos de miles de personas pasan días sin comer». Todo eso mientras almacenes con toneladas de alimentos, agua y suministros médicos permanecen intactos a las puertas de Gaza, ya que Israel impide a las organizaciones acceder a ellos y distribuir los suministros.

En la declaración conjunta de los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Reino Unido y Alemania del 23 de abril de 2025 leemos: «Los trabajadores humanitarios deben poder prestar su ayuda a quienes más lo necesitan, de conformidad con sus principios humanitarios e independientemente de las partes en conflicto. Israel debe garantizar a las Naciones Unidas y a las organizaciones humanitarias un acceso sin trabas a toda Gaza, para que puedan operar allí con total seguridad. Hamás no debe desviar la ayuda humanitaria para obtener beneficios financieros ni utilizar la infraestructura civil con fines militares».

La única forma de evitar una hambruna masiva en la Franja de Gaza es levantar el bloqueo, afirma el titular del organismo de la ONU para los refugiados palestinos, quien considera el plan israelí-estadounidense de asistencia humanitaria como un «sistema humillante» que obliga a las personas hambrientas y desesperadas a caminar decenas de kilómetros para recibir alimentos.

Philippe Lazzarini sostuvo que dicho plan de distribución de ayuda «se ha convertido en una trampa mortal», El comisionado general subrayó que la entrega y distribución de ayuda «debe hacerse a gran escala y de forma segura», y aseveró que en Gaza «esto solo puede lograrse a través de las Naciones Unidas».

Declaraciones todas muy importantes e interesantes, sobre todo porque provienen de responsables de la ONU, que es un organismo compuesto por la mayoría de naciones del mundo. Pero se echa de menos un siguiente paso: el asegurar que esa ayuda humanitaria llegue a su destino. Y es que lo pueden conseguir o, al menos, deberían intentar utilizando a los cascos azules, que son el personal militar de las Naciones Unidas que, entre sus tareas, incluye las siguientes: participar en misiones humanitarias de emergencia; ofrecer seguridad en una zona en conflicto; proteger a civiles y al personal de la ONU y vigilar una frontera en litigio. Dichas operaciones tienen como objetivos ofrecer seguridad en las zonas en conflicto, promover la estabilidad, dividir a los contendientes, prevenir la propagación de conflictos e intervenir en los procesos de transición de un conflicto a la paz.

Está visto que Israel no respeta a la ONU, pero siempre le será más difícil enfrentarse a los cascos azules si sus integrantes están compuestos por soldados de los Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y otras naciones que hasta ahora no han desaprobado las actuaciones de Israel. Es hora de actuar y no alargar más el sufrimiento de la gente.