«He decidido poner fin a las funciones del primer ministro y del Gobierno. A la espera de la formación del nuevo Gobierno, los que ocupan el cargo actuarán como ministros interinos», anunció ayer, en un discurso televisado, el presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, tras las manifestaciones que se han saldado con al menos 22 muertos y más de un centenar de heridos.

Rajoelina ya destituyó el viernes al ministro de Energía e Hidrocarburos, Olivier Jean Baptiste, por retrasar las medidas para aumentar la producción eléctrica.

Entre las víctimas hay manifestantes y transeúntes abatidos por las fuerzas de seguridad malgaches, y también personas fallecidas en los saqueos perpetrados por individuos y bandas no vinculadas a las marchas.

Movilizados desde el jueves, miles de manifestantes convocados a través de las redes por el movimiento Gen Z (Generación Z), volvieron a salir ayer a las calles de la capital, Antananarivo. Las reivindicaciones van ahora más allá de la protesta inicial contra los incesantes cortes de agua y electricidad y exigen la dimisión de Rajoelina, quien llegó al poder en 2009 mediante un golpe de Estado tras un levantamiento popular contra Marc Ravalomanana. Su mandato acabó en 2014, después, fue elegido en 2018 y reelegido en 2023 en unos comicios presidenciales boicoteados por la oposición y en los que participó menos de la mitad de los electores registrados.

TOQUE DE QUEDA

Las protestas antigubernamentales, reprimidas con gases lacrimógenos y balas de goma, llevaron a las autoridades a decretar el jueves un toque de queda en la capital.

El movimiento Gen Z, que ha adoptado la bandera pirata del manga One Piece, una enseña que se ve en las protestas en Indonesia y Nepal, insisten en que la protesta es pacífica y atribuyen los disturbios a «grupos externos».

Ayer, varios manifestantes mostraron carteles con la leyenda “Queremos vivir, no sobrevivir”, un lema que se ha convertido en un símbolo del movimiento de protesta en Madagascar, que sigue siendo uno de los países más pobres del mundo y ha sufrido regularmente revueltas populares contra el Gobierno.