Alberto PRADILLA

Policías españoles constatan en el juicio a Batasuna las vigilancias «permanentes»

Una quincena de policías españoles declaró ayer en el macrojuicio contra Batasuna. Sus testimonios sirvieron para constatar las vigilancias «permanentes» que el Estado ha venido realizando a militantes de la izquierda independentista y locales que consideraba vinculados a esta. Los relatos sobre antiguos seguimientos, de hace más de quince años, que pudo escuchar ayer la sala, solo permitieron comprobar el nivel de control policial al que han estado sometidas en Euskal Herria cientos de personas. Ayer también declaró, por videoconferencia, Joseba Álvarez, que se encuentra convaleciente. Con su testimonio y después de que comiencen a desfilar por la sala los uniformados, el macroproceso entra en fase de prueba testifical, que podría alargarse hasta la semana próxima. Por el momento, hay fijadas sesiones hasta este jueves.

«No lo recuerdo» fue una de las frases más pronunciadas por los policías, que se limitaron a remitirse a las actas de vigilancia. Estos relataron haber realizado vigilancias en «herriko tabernak» como las de Durango, Zarautz o Donostia, así como en la sede de Erosgune, empresa donde desarrollaba su labor Izaskun Barbarias. Precisamente, constatar si accedía al local con su propia llave fue el objetivo de uno de estos despliegues de agentes. Sobre el resto, la mayor parte de testimonios solo certificaron que veían «entrar gente» en los locales y «daban por supuesto» que estaban celebrando una reunión, sin poder llegar a confirmarlo. Incluso uno de los uniformados afirmó haber realizado vigilancias sobre un local municipal en Etxarri Aranatz, sin siquiera certificar si lo que se desarrollaba era un encuentro de la Mesa Nacional (que, por otra parte, era legal en aquella época) o se trataban de empleados del Consistorio los que accedían al lugar.

Álvarez, el último

Además de los policías, también declaró Joseba Álvarez, quien dio detalles sobre su actividad política desde que comenzó a trabajar en cuestiones culturales y relacionadas con el euskara. No en vano, indicó que, antes de vincularse a Herri Batasuna (donde ejerció como concejal y parlamentario), fue militante de Euskal Herrian Euskaraz.

Álvarez relató que, tras la ilegalización' de Batasuna, siguió ejerciendo sus derechos civiles y políticos. Además, explicó que, dedicado a cuestiones internacionales, viajó a diferentes países donde mantenían contacto con otras formaciones.