Raimundo Fitero
DE REOJO

Ejecución


Por la fuerza policial según decretaba un juzgado valenciano. La policía ocupando e interrumpiendo la emisión de Canal Nou es una nueva fotogalería de los tiempos peperos en los que se vive. Un juez prevaricador entró en un periódico y una radio, los destruyó físicamente en primera instancia con sus doscientos agentes policiales y ahora viaja en primera clase dando lecciones de ética. El juez que ha firmado la orden ascenderá. Estoy pidiendo a gritos a los especialistas en tribunales y a los documentalistas que hagan un seguimiento de los jueces que han saltado a los titulares de los medios por emitir resoluciones peregrinas, de gran impacto social, en muchas ocasiones creando una auténtica alerta, que han ayudado al poder de cada momento de manera sumisa y sin rechistar. Seguro que han subido en el escalafón. Pongamos que hablo del juez con perrita.

Además de esta imagen de la fuerza policial para cerrar un ente público, la actitud de los trabajadores, su resistencia a esta ejecución sumaria, ha aparecido un héroe circunstancial, Paco Telefunken, el operario que debía bajar la clavija y ponerla en off, el que debía llevar a negro la señal del canal valenciano, que se ha negado. ¿Desobediencia, desacato, traición? Le pueden acusar de cualquier cosa. Los aparatos represivos y las leyes-botijo del dúo ultra, Gallardón, Fernández Díaz, están ahí para que no se mueva nadie ni nada sin su control o su sanción.

Sigo preguntándome sobre los objetivos finales de esta crisis con la RTVV. Intento buscar argumentaciones que me lleven directamente a los tradicionales desvíos de dineros públicos para convertirlos en privados y además de gente cercana al PP, pero ¿alguien puede recalificar, remontar, adecuar, volver a darle virtualidad económica, social o cultural a este Canal Nou absolutamente demolido por la acción del gobierno valenciano? Quizás se trate de una treta más, de provocar este cierre como aviso para otros canales. Telemadrid está en situación parecida. En Castilla y La Mancha, los escándalos se suceden. La situación de Canal Sur no es mucho mejor. Habría que pensar de nuevo este modelo de televisiones autonómicas.