Oihane LARRETXEA
BRINDIS POPULAR

«Esto es un sueño, comenzamos una nueva era»

El champán roció al anochecer un día que ha tardado en llegar para la mayoría de igeldotarras. Habían pasado horas desde que la Diputación de Gipuzkoa diera luz verde a la desanexión, pero la alegría seguía siendo desbordante. «Finalmente lo conseguimos», se felicitaba una joven.

Tras una jornada en la que las llamadas de teléfono y los mensajes habían sido una constante entre igeldotarras para difundir la decisión que había adoptado el Gobierno foral de Martin Garitano, a las 20.00 fue el momento de los reencuentros, de los besos y de los abrazos. La alegría era evidente y difícil de esconder.

Un brindis popular a base de champán reunió al anochecer a centenares de vecinos en la plaza de Igeldo. Las personas allí presentes sí tenían algo que festejar, y no cualquier cosa, tal y como declaraba una joven a GARA. «Vivimos el momento con muchísima ilusión; se me hace complicado describirlo. Comenzamos una nueva era», declaraba Ainitze, para quien la desanexión de la capital es «un sueño hecho realidad». «Son muchos años de pelea y, a decir verdad, desde la última consulta todo ha sucedido muy rápido. Para nosotros Igeldo siempre ha sido un pueblo, lo que ha ocurrido es que se han llevado al papel y de manera oficial nuestros sentimientos».

Junto con las generaciones más jóvenes brindaban personas de más edad, aquellas que han vivido este largo proceso desde los inicios. Con mucho entusiasmo juntaban sus copas Mila, Celes y Mari José, aunque en el caso de esta última se intuía la prudencia. «Habrá que ver qué hacen o cómo actuan ahora los grupos políticos. Si no, me parece demasiado fácil». Pensar que se quedarán de brazos cruzados es, a su juicio, pecar de ingenuos. «Eso sí -agregó-, por el momento vamos a celebrarlo».

Además de igeldotarras, también subieron a festejar la recién estrenada independencia de Igeldo vecinos de Donostia.

A este respecto, una representante de la asociación Itxas Aurre, cabeza visible del proceso de desanexión, declaró que su deseo es mantener «relaciones cordiales con Donostia y el resto de municipios». A ellos les pidió que «actúen honestamente, y que no entorpezcan» lo que la mayoría ha decidido democráticamente. Tras el champán, recordó que «toca trabajar, y mucho», para hacer efectiva la anhelada desanexión.