Amparo LASHERAS
Kazetaria
AZKEN PUNTUA

Inocentadas versus noticias

La mayor inocentada que podrían dar los periódicos este año sería anunciar que el PNV reivindica la independencia de Euskal Herria y que la proposición no de ley sobre un nuevo estatus político para la CAV aboga y abre el camino hacia la independencia. Es lo más positivo que se me ha ocurrido después de leer las declaraciones de los jelkides nacionalistas, en las que aseguran que «cualquier reforma estatutaria se tiene que hacer articulando los mecanismos previstos en la Constitución española y en el Estatuto» y, además, manteniendo el de- bido «respeto» hacia las «diferentes realidades legales y marcos en los que actualmente se articula el modelo de autogobierno». Con otras palabras, que ese estatus, todavía en estado de gestación, está destinado a nacer y crecer dentro de la unidad del Estado español lo que es, en sí mismo, una inocentada difícil de digerir. Y hablando de nacer y de ser lo que ni se quiere ni se es, las manifestaciones del ministro Gallardón al calificar la nueva ley del aborto como una norma «avanzada, justa y progresista», no son una inocentada pero sí una tomadura de pelo, sin gracia y con mucha soberbia, que hiela la sonrisa porque pertenece a una ideología que mata la libertad y la vida en cada paso que da hacia el «progreso» de la desigualdad. Cuando solo faltan tres día para abandonar 2013, pensar en el año 2014 me exige un esfuerzo de optimismo que me deja exhausta y a la intemperie de la incertidumbre, calculando cuánto supondrá la subida del 2,4% en el recibo de la luz y deseando que ¡ojalá¡ fuera una inocentada de las eléctricas que, en realidad, son las que gobiernan. Entre noticias que parecen inocentadas e inocentadas que podrían ser noticias, urte berri on.