Arnaitz GORRITI
Derrota especialmente dolorosa

Expulsados del paraíso a última hora

La horrenda primera mitad de los de Sito Alonso, en la que lograron 19 puntos y encajaron un parcial de 17-0, decidió el duelo. Una zona 2-3 y los nervios locales dieron esperanzas, pero faltó el acierto.

ESTUDIANTES 72

GIPUZKOA BASKET 61

Los resultados ajenos pudieron no ser los esperados, como la monumental paliza del CAI Zaragoza a UCAM Murcia, o el triunfo de Manresa sobre Iberostar Tenerife. No obstante, quien falló ayer en un partido en el que dependía de sí mismo fue Gipuzkoa Basket.

Fuera por la presión añadida de verse luchando por la Copa y tocándola con los dedos durante todo un mes; fuera por la inoportuna lesión de un Robinson que ayer padeció el marcaje de Rabaseda; fuera simplemente porque a veces los tiros parecen negarse a entrar, o porque Estudiantes necesitaba ese triunfo como el agua en mitad del desierto, la verdad es que los donostiarras no fueron ni sombra de sí mismos. Llegaron a ir 20 puntos abajo -39 a 19 al descanso- y ni los nervios de los del Ramiro tras el receso hicieron peligrar su triunfo. Gipuzkoa Basket no dio la medida que tantas veces ha dado durante esta primera vuelta y, aunque no se rindió, no pudo, y se vio expulsado del paraíso copero.

El desastre se fraguó en la primera mitad. Anotar 19 puntos en estos niveles es firmar la sentencia de muerte salvo catatonia del rival o explosión anotadora posterior, y faltó de lo uno y de lo otro. Si en los primeros minutos los de Sito Alonso campeaban -6-10 fue su última ventaja- gracias a los nervios y el desacierto locales, durante 13 minutos se fundió por completo el equipo guipuzcoano. Kuric y Slokar, bien guiados por Colom, lideraban un parcial de 17-0 que dinamitaba el partido. Las pérdidas y el desacierto -17 posesiones regaladas y 20 de 53 en tiros de campo- se sucedían por parte visitante, mientras que los locales vivían una de sus escasas fiestas de esta primera vuelta. Se enfilaba el camino a vestuarios con 39-19.

Demasiados trompicones

Gipuzkoa Basket tenía que reaccionar y lo hizo. Sobre todo Doblas, hasta que un par de faltas fruto de la ansiedad lo mandaron a la calle, hizo daño en los colegiales, que se estrellaban contra la zona 2-3 de Sito Alonso, lanzando y errando desde la larga distancia.

Pero GBC apenas se arrimó a ocho o nueve puntos. Colom y Banic conectaron en un par de ataques, y una serie de rebotes ofensivos beneficiaron a los estudiantiles. Robinson quería dar la réplica, pero acabaría con una carta de tiro de 2 de 10, bien amarrado por un esforzado Rabaseda. Los últimos instantes fueron de impotencia y frustración, por una gran primera vuelta que acababa mal.

Iberostar Tenerife se beneficia del tropiezo donostiarra

En el cine y la novela negra, uno de los sospechosos del crimen es aquel que se beneficia de la herencia que deja el finado. Si lo del partido de GBC hubiera sido ficción, Iberostar Tenerife sería observado con lupa desde Donostia, porque la derrota guipuzcoana mete a la escuadra tinerfeña en la Copa.

Su derrota ante el Manresa clasificaba de forma automática al CAI Zaragoza, y dejaba en manos de los donostiarras la clasificación de ambos para el torneo del KO.

Los dos pagaron tener un mal día en el peor momento, pero Gipuzkoa Basket pagaba además el haberse tenido que medir a Real Madrid y Laboral Kutxa Baskonia en sus dos últimos partidos como local. Tocado y hundido. A. G.