Beñat ZALDUA
Entrevue
JORDI PANYELLA
AUTOR DE «SALVADOR PUIG ANTICH, CAS OBERT»

«Es una vergüenza que el caso haya sido avalado por un tribunal supuestamente democrático»

Periodista de tribunales, actuales y pasados, Jordi Panyella (Barcelona, 1966) es autor de «Salvador Puig Antich, cas obert» (Angle Editorial), un reciente libro en el que aporta nuevos testimonios que corroboran lo defendido por la familia desde hace 40 años: que aquel proceso fue una completa farsa jurídica y policial. Trabaja en el diario catalán «El Punt Avui».

JORDI PANYELLA
JORDI PANYELLA

Nos cita en el número 70 de la calle Girona del Eixample barcelonés, el lugar en el que un 25 de setiembre de 1973 ocurrieron los hechos que unos meses más tarde llevaron a Salvador Puig Antich a ser el último ejecutado por garrote vil en el Estado español.

¿Por qué la cita en este portal?
Te he citado en el portal donde sucedieron los hechos que yo analizo en mi libro, que empiezan con la emboscada de la Policía contra militantes del MIL. Esperan detener a un militante, Xavier Garriga, pero aparece también Salvador Puig Antich y la operación, mal prevista y mal hecha, acaba con un tiroteo y la muerte de un policía, Francisco Anguas Barragán.

Según la versión oficial, fue Puig Antich quien disparó las balas que mataron a Anguas. En su libro asegura que no fue así...
El libro desmonta de forma definitiva la gran mentira policial que consiste en cargar el muerto, nunca mejor dicho, a Salvador Puig Antich. La Policía dice que solo se dispara un arma dentro del portal, que es el arma de Puig Antich, y que dispara cuatro veces: tres balas impactan en el cadáver y una cuarta va a este agujero que hay en la escalera. Pero una de las evidencias que aporto en el libro es que los médicos que vieron el cadáver, antes de que la Policía lo secuestrase, porque se lo llevaron a comisaría, explican que el cuerpo tenía cinco impactos, con lo cual, pura matemática: si Puig Antich disparó tres veces al policía, el único origen de las otras dos balas estaría en las pistolas de la Policía.

Además de las incongruencias del sumario, cuenta con un testimonio clave que no había hablado hasta ahora. ¿Quién es y qué dice?
En el transcurso de la investigación he tenido la suerte de encontrar al menos cuatro testimonios nuevos: dos enfermeras y un mozo de sala de autopsia, que sirven para desvirtuar testimonios y documentos clave de la acusación, y el de una persona que en el año 73 estaba haciendo la mili en el Gobierno Militar de Barcelona. Estaba destinado como alférez en el Juzgado que instruyó esta causa, haciendo tareas administrativas, y me ha explicado que la Policía se plantó en el Juzgado, le hizo sacar toda la documentación del caso y empezó a sacar documentos que exculpaban a Puig Antich e incriminaban a la Policía. Es decir, delante suyo mutilaron el sumario, lo cual es la prueba más evidente del gran montaje. Es un testimonio directo y ante esta evidencia, un tribunal democrático solo puede fallar en el sentido de anular todo el proceso y proclamar de forma definitiva que Puig Antich fue sometido a un juicio aberrante, sin garantías.

En resumen, un montaje policial...
Una gran vergüenza que se ha mantenido hasta hoy, tolerada evidentemente por el régimen fascista y franquista, lo que es muy grave; pero todavía es más grave que sea avalada por un tribunal supuestamente democrático: el Tribunal Supremo. Concretamente la Sala Quinta de lo Militar, que en los años 2005-2007 no quiso saber nada de la petición de revisión cuando se le aportaron diversos testimonios.

Una pregunta cándida. ¿Cree que el hecho de que el ponente de la sentencia de muerte sea hoy un abogado del stablishment y el firmante de la condena sea el suegro del actual ministro de Justicia tiene algo que ver con la resistencia de la judicatura?

Una de las cosas que vas viendo de forma clara en este caso es este aval de la democracia al franquismo más duro, bestia y represor. La tan loada transición sirvió para pasar de la noche al día, pero ahora que ya es de día, acabemos de arrojar luz y saldemos cuentas, de forma civilizada y democrática, con los que en su día fueron torturadores, verdugos y por qué no decirlo también, asesinos. Hay quien califica la muerte de Puig Antich como un asesinato, yo digo que fue un crimen de Estado, que entiendo que es aún peor, porque es todo un Estado actuando contra una persona.

La familia de Puig Antich se ha sumado a la querella argentina contra el franquismo. ¿Qué recorrido le ve?

Hay una cosa que no me acaba de convencer y es que es muy amplia y diversa, por lo que se puede perder en esta amalgama de casos. Ahora, es la gran ocasión de poner el Estado español ante el espejo y que queden reflejadas sus vergüenzas. Servirá para hacer bandera y en el caso Puig Antich está sirviendo ya para que, después de 40 años, sus hermanas se sientan por primera vez acompañadas y atendidas por un juez. Han tenido que volar 10.000 kilómetros para eso.
Pero el recorrido real es complicado, porque si la juez argentina pidiese, por ejemplo, la detención de Utrera Molina, quien debería tramitar la detención es Ruiz Gallardón y quizás lo decidirían un domingo comiendo: ‘bueno suegro, te detengo o no’. Es así de patético, sarcástico y triste. B.Z.