El 95-60 final infligido por Andorra sobre Planasa Navarra demuestra a las claras la enorme diferencia existente entre el líder de la Liga LEB Oro y el colista. En realidad, visto que unos ya han obtenido el pase directo a la Liga ACB -y todo parece indicar que tienen un proyecto que conseguirá hacerse hueco en la élite- y los otros hace una semana que son equipo de LEB Plata, en realidad solo se constató que hay dos categorías de diferencia.

Entre los triples de Green y la clase de Jordi Trías en el poste bajo, a Andorra le bastó el chasquido de sus dedos para abrir brecha ante un público entregado. La salida a la cancha de Navajas equilibró ciertamente la balanza, pero la multitud de recursos del conjunto pirenaico -Asier Zengotitabengoa o Marc Blanch serían titulares en buenos equipos de la LEB, pero en Andorra, pese a su condición de desequilibrantes, salen del banquillo- destrozaba a un Planasa Navarra que claudicaba en tiempo de descanso: 47-30.

Y como para no claudicar. Una vez certificado el ascenso, el equipo local buscaba darle una alegría a su afición. Pero por si se relajaba, sobre todo en la faceta defensiva, su entrenador, el exjugador de TDK Manresa Joan Peñarroya, les ponía las pilas.

Un homenaje en toda regla

La paliza acabaría siendo casi una obviedad, ya que en los últimos minutos Planasa Navarra, como tristemente acostumbra en la presente campaña, contribuiría en el lucimiento ajeno bajando descaradamente los brazos en los minutos finales.

Al final, Andorra pudo brindar a los suyos un homenaje en toda regla. A Planasa Navarra le queda el pequeño consuelo de que el Barça B perdía por 55-61 ante el Ourense y todavía tiene una oportunidad para eludir la última posición de la división de plata. Para ello deberá ganar en casa a Palencia.