El peregrino rojiblanco
El peregrino rojiblanco no viaja a pie o en bicicleta, sino en coche o autobús -avión los más privilegiados- amén de algunos vehículos estrambóticos disfrazados de rojo y blanco y preparados especialmente para la ocasión. No duermen en silenciosos albergues ni en hospedajes del camino, de hecho algunos ni duermen, y otros lo hacen en litera, coche-cama, autobús, o en su propio coche. Su peregrinaje no va acompañado de silencio, meditación o autoconocimiento, más bien al contrario, son una horda ruidosa, vocinglera y bien encarada, a lo mejor algo molesta a veces, pero agradecida para el bolsillo ajeno, y no les empuja ninguna promesa ni `a Dios pongo por testigo' de ninguna clase, simplemente van y acompañan dónde y cuando hace falta, con una naturalidad espartana, plenamente conscientes de que ningún cuerpo puede sobrevivir sin corazón ni pulmones.
Al final del camino no habrá iglesia ni templo que certifique mediante documento escrito o diploma su paso por allí, simplemente quedarán el eco de los gritos y cánticos incesantes en el campo, el recuerdo de una entrada o una bufanda, a lo mejor una nueva amistad y, sobre todo, la experiencia compartida de respirar, sudar, reír y llorar juntos en pos de una victoria que llega las menos veces.
Las más, queda el voto renovado de volverlo a intentar, inasequibles al desaliento, alimentados de la fe de que hay algo nuestro, de cada uno de nosotros y de nuestros sueños, esperanzas, resquemores y mentiras en esa camiseta rojiblanca. Al fin y al cabo, el Athletic es algo más que un equipo, es un castillo en el aire construido con lo mejor -y lo peor- de cada peregrino rojiblanco. Porque el peregrino rojiblanco no es del Athletic, el peregrino rojiblanco es el Athletic. El de ayer, el de hoy y el de mañana. Zorionak!

GARA es segundo en Gipuzkoa y NAIZ sigue creciendo con fuerza
Moreno y Lisci, dos trayectorias de menos a más en Osasuna

«Goonietarrak», 40 urte: bihotzeko ganbaran gordetako altxorra

«Elektronika zuzenean eskaintzeko aukera izango dugu orain»
