Con la brújula, en busca de la identidad propia o las ajenas

La jornada de ayer ofreció imágenes dispares y, como era de esperar, también discursos tan sorprendentes que, en algunos casos, no solo rozaron el disparate, sino que incluso lo superaron con creces. Entre los mensajes sobre la crisis económica y los recetarios para salir de ella, se colaron reflexiones y eslóganes en torno a la identidad ideológica de la opción propia o, para denigrarla, de las ajenas.
Iñigo Urkullu no aclaró dónde se sitúa su partido, aunque dijo tener claro dónde no está, al rechazar que se coloque al PNV en el campo de la «derecha», recordando que está integrado en el Partido Demócrata Europeo, que «no es ni conservador ni socialista» -«sino todo lo contrario», le faltó añadir-.
También Alfredo Pérez Rubalcaba utilizó una negación para intentar definir su posición ideológica: «No somos iguales los que construimos que los que dinamitan el Estado social», afirmó en el mitin de Donostia, intentando marcar distancias con el PP. A cientos de kilómetros, en un lugar de La Mancha, María Dolores Cospedal, dio un giro radical a uno de los eslóganes del unionismo español para asegurar que el PP que «es el único capaz de garantizar... la pluralidad de España». Y armó un trabalenguas cuando advirtió de que su partido «no permitirá» que a un agricultor catalán «le quiten el derecho a ser un agricultor español y europeo al que le quiten las ayudas aquellos que lo quieren separar».
Mientras tanto, en Donostia, representantes de Euskal Herria, Galicia y Catalunya compartían escenario, micrófonos y esperanzas en futuro compartido soberanamente en el acto organizado por la coalición Los Pueblos Deciden.
Es posible que el PSOE sea la formación que más necesite movilizar el voto en el Estado español porque a su evidente pérdida de respaldo social se le sumaría su incapacidad para aprovechar el desgaste que los recortes del Gobierno de Rajoy va a suponer para el PP, según vaticinan todas las encuestas.
Por eso, en el Kursaal, no sorprendió escuchar a Alfredo Pérez Rubalcaba hablar de «plebiscito» y animar a la gente a que acuda a las urnas con «un 'no' a sus políticas de desigualdad» (las del PP). El líder del PSOE, que no vino acompañado de la cabeza de su lista electoral -Elena Valenciano-, utilizó su particular brújula para señalar que «el sur de Europa necesita de la solidaridad del norte», lo que «sólo vendrá desde la izquierda porque la derecha que gobierna desde hace cinco años solo ha traído recortes y más recortes».
Junto a Patxi López, la candidata Eider Gardiazabal y otros muchos dirigentes del PSE, Rubalcaba insistió en que hay que «rebelarse» contra quienes defienden que PP y PSOE son lo mismo. «Es mentira», dijo.
En su turno, López, que arremetió contra «los nacionalistas», afirmó que «Europa solo será Europa si es gobernada por la izquierda». Poco antes ya había advertido: «A mí no me gusta la Europa que tenemos».
EAJk Durangon egin zuen ekitaldian, Iñigo Urkullu lehendakariak Artur Mas presidentearekin izandako batzarra ekarri zuen gogora, horren ondoren «batzuk urduri daudelako». «Europako koalizioaz baino gehiago mintzatu ginen. Ipar berbera dugu, eta... zer jasotzen dugu hegotik? Zer jasotzen dugu PP eta PSOErengandik?», galdera egin eta erantzun zuen: «Gernikako Estatutua betetzeko erresistentzia, estatus politiko berriari ezetza; Kataluniako Estatutuari ezetza; euskaldunen eta katalanen galdeketari oztopoa... Elkarrizketari atea ixten diote eta geure artean hitz egitea oztopatzen dute. Zer nahi dute? Gu isilarazi?».
Nabarmendu zuenez, «hau da ozenago hitz egiteko unea» eta «argi eta garbi esateko: Euskadi gehiago Europa Berrian».
Arantza Quiroga protagonizó ayer uno de esos actos electorales que a primera vista parecen originales, si bien luego los discursos rebajan mucho las expectativas. Se trataba de un encuentro de dirigentes del PP con jóvenes europeos de distintas nacionalidades y tuvo lugar en Donostia. Pero los personajes importantes eran quienes no estaban: «La realidad es que muchos jóvenes se están marchando de Euskadi» y, además, luego «no vuelven». «Lo que ocurre es que no somos atractivos porque, desde la pequeñez, desde despreciar lo diferente, desde poner trabas a lo distinto, no se puede ser atractivo», comentó.
Para dejar claro que ayer el centro de su diana era el partido de Andoni Ortuzar, incluso le reprochó que comenzaran la campaña «desde el batzoki de Benidorm», adonde, como dijo Quiroga, pueden acudir «sin pasar por una frontera» y pagar los pintxos con euros.
Por muy disparatados que sean, los mensajes de UPyD no sorprenden. En un acto en Madrid, Rosa Díez acusó a PP y PSOE de intentar «quitar de en medio» a su partido por «poner en riesgo el bipartidismo» cuando han sido incapaces de ilegalizar «a un partido que pone en riesgo la democracia». No tiene tantos temores Gorka Maneiro, que vaticinó que a ese bipartidismo «le quedan quince días».

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