Dicen que los lunes suelen ser para empezar a coger el ritmo de la semana, suave y sin alardes, pero servidora, en un alarde de audacia, se metió ayer en aguas mayores. Buceando en la red una se topó con el último esperpento firmado por Javier Algarra en «La Gaceta», que se titula «Incomprensible odio al Ejército» y que hace referencia a la exposición dedicada al Regimiento América 66 que entre UPN y PP han montado en Iruñea. El ultra metido a periodista considera «lamentable» que «el PSOE, un partido con vocación de gobierno en una sociedad democrática, decida unir sus votos a los de Bildu, Nafarroa Bai e Izquierda Unida, para tratar de impedir una exposición en Pamplona, apoyando el argumento de los batasunos de que el Ejército es una banda armada». Pues sí, hasta los dientes, y en el caso que nos ocupa, acostumbrada a usar esas armas contra civiles indefensos. Menudencias para el plumilla barcelonés, quien destaca que al grupo de militronchos le dieron «el título de Benemérito de la Patria por su acción victoriosa en Manlleu en 1837 en la Primera Guerra Carlista» y que «obtuvo a lo largo de su historia ocho Medallas Militares y dos Cruces Laureadas de San Fernando colectivas». Vamos, que lo de matar se les da bien.

El siguiente párrafo describe de qué pasta está hecho el autor. Lean, lean: «los socialistas argumentan que este fue uno de los regimientos en los que se apoyó el general Mola en los inicios de la guerra civil y condenan que la exposición se lleve a cabo en (...) la Ciudadela de Pamplona, ante cuyos muros se llevaron a cabo fusilamientos en la contienda. Sin contrastar las informaciones acerca de lo que realmente ocurrió en esas ejecuciones en 1937, y sin considerar hasta qué medida su postura es un claro triunfo para quienes apoyan el terrorismo, el PSN ha unido sus votos a los de los batasunos para criminalizar a una unidad militar que ha rendido un indiscutible servicio a España». Sin contrastar dice el fachoso. En Nafarroa se sabe muy bien qué ocurrió y quiénes fueron los canallas responsables. Y como colofón, el de Intereconomía afirma que «una victoria de los postulados batasunos supondría una quiebra de la obligación de las instituciones, en este caso el Ayuntamiento pamplonés, de mantener el compromiso de los ciudadanos con sus Cuerpos y Fuerzas de Seguridad como garantes de la protección y la paz constitucional». ¿Paz constitucional? La suya es la paz de las cunetas.