Derrota contra el líder, pero mirándole siempre a la cara
Los de Sito Alonso cumplieron con su objetivo de ser competitivos los 40 minutos. Raúl Neto vivió un regreso triunfal. Winchester y Salgado dieron opciones de victoria a Gipuzkoa Basket en el tramo final.

REAL MADRID 81
GIPUZKOA BASKET 72
Que no se diga que Gipuzkoa Basket salió escaldado de su visita a la cancha del Real Madrid. La lógica pesó más, gracias al buen hacer de Llull, Darden y Carroll al inicio, y de Reyes y Rodríguez al final, pero la ilusión y la profesionalidad de los de Sito Alonso llevó a los donostiarras a mostrarse competitivos los 40 minutos. Salvo el arranque del primer y el tercer cuarto, en el que el conjunto merengue abrió una brecha que resultó insalvable, GBC jugó mirándole a la cara a su rival, con un regreso triunfal de Raúl Neto y minutos de calidad de todos los integrantes que saltaron a la cancha.
Pero de buen inicio Sergi Llull, que quiso reivindicarse tras fracasar sin paliativos en la final de la Euroliga, lideraba un 19-9, ahogando en defensa a Salgado y saliendo a la carrera a la que podía, por lo que se barruntaba una paliza de antología.
Por fortuna, no fue el caso. Raúl Neto, que hacía las veces de escolta cuando coincidió con el de Santutxu, agarró el timón de Gipuzkoa Basket y el juego donostiarra se enderezó. Con grandes minutos de Huskic, que mostró mejores buenos detalles como interior puro que tirando de lejos, el «armador» de Belo Horizonte metió en el partido a los de Sito Alonso con un parcial de 0-7 que dejaba el primer cuarto en 19-16. El segundo, hasta el estirón final -con Neto en el banquillo-, también fue por ese mismo camino, por mucho que el luminoso marcase un 40-33 bastante complicado.
Con la baja de Rudy Fernández por lesión, los escasos minutos de Mirotic -recibió un golpe, lo que hizo que no jugara tras el descanso- y un aire de funeral no reconocido en el ambiente, el juego del Madrid no estaba para alegrías si no corría.
Claro que, con los recursos que tiene el conjunto que dirige Pablo Laso, le daba de sobra para imponerse gracias a los chispazos de Sergio Rodríguez, los buenos minutos de Darden y Carroll, y a Felipe Reyes.
El miedo en el cuerpo
El Real Madrid quiso romper el partido en el inicio del tercer período. Llull seguía con el turbo puesto, a su estela Darden y Carroll lograban un parcial de 10-0, y además cargaban con cuatro faltas a Raúl Neto.
Entraba Salgado en lugar del brasileño, pero cuando parecía que GBC podía tirar la toalla y resignarse a llevarse una buena tunda, la cosa cambió. En parte porque el de Santutxu guardó mejor el balón y las pérdidas donostiarras disminuyeron, pero también porque Anthony Winchester, en su particular «ciclo Anthony Mann» contra Carroll -«Winchester 73» frente a «El hombre de Laramie»-, metió a los guipuzcoanos en el partido a golpe de triple, mientras que el Real Madrid erraba triples y tiros libres por doquier.
Tanto es así que Gipuzkoa Basket metió el miedo en el cuerpo al conjunto blanco cuando se arrimó 72-66 y 75-69, después de los respectivos triples de Salgado y Robinson. No obstante, Sergio Rodríguez y Felipe Reyes estuvieron al quite para evitar buscarse otro Maccabi.

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