Michael Rogers disfruta con su victoria más emotiva
El australiano ganó su primera etapa en una grande tras acabarse su suspensión por el positivo de Japón

Michael Rogers logró a los 34 años su primera victoria en una grande al imponerse en solitario en la undécima etapa del Giro, que a pesar de sus 249 kilómetros se disputó a una media de 43 por hora. Otro australiano, Cadel Evans, mantuvo el liderato tras un día en el que BMC volvió a mostrarse muy fuerte.
El equipo de la maglia rosa marcó el ritmo del pelotón en la ascensión del último puerto de la jornada, en el que ningún sprinter pudo aguantar con los hombres fuertes de la carrera. En el descenso atacó Rogers y el triple campeón mundial contrarreloj vivió su crono más emotiva en el momento más oportuno. Hace menos de un mes estaba suspendido por su positivo de clembuterol en la Japan Cup que ganó al final de la pasada temporada, temía por una sanción que hubiera puesto final a su carrera y ayer ganó su primera etapa en una grande.
El australiano fue suspendido provisionalmente y alegó, como su compañero Alberto Contador, que se debió al consumo de carne contaminada en territorio asiático. El 23 de abril la UCI atendió las alegaciones de Rogers y decidió no sancionar al australiano, que volvió a correr en la Lieja Bastogne Lieja y con ese único día de competición se presentó en la salida del Giro.
Su victoria de ayer en una jornada especialmente dura por la batalla y por la distancia demuestra su profesionalidad porque en su duodécimo día de competición ganó una etapa del Giro de 249 kilómetros a 43 de media tras aguantar en un grupo de apenas 30 corredores que llegó en cabeza a los últimos kilómetros de la etapa, entre los que entraron los favoritos, Castroviejo, Landa e Igor Antón.
Sin tregua
La etapa demostró que la clave de la espectacularidad de las carreras depende siempre de la voluntad de los corredores. Se esperaba una escapada de salida que pudiera llegar a la meta porque los siete kilómetros de subida al 8% de media que se coronaban a 28 de meta resultaban un obstáculo suficiente para los principales sprinters.
Por eso la batalla fue grande por entrar en la escapada. En la primera hora se recorrieron 50 kilómetros y no terminó de consolidarse ninguna de las tentativas porque los equipos que no estaban representados no daban el visto bueno.
Por eso la escapada se formó en el primer puerto importante de la jornada, el Passo Centro Croci, de Segunda, con 13,5 kilómetros al 4,6 % de media. Al principio eran 23 corredores, de los que al final se quedaron catorce por delante, con hombres fuertes como Nicolas Roche (Tinkoff), Dani Moreno (Katusha) y Moser (Cannondale).
Romain Sicard dio presencia vasca a la fuga junto a dos compañeros del Europcar, Thurau y Quemeneur, y junto a ellos estaban Mourey (FDJ), Bongiorno (Bardiani), Polanc (Lampre), Monsalve (Neri), Vorganov (Katusha), Preidler (Giant), Deignan (Sky) y Rovny (Tinkoff).
Androni no consiguió meter a ningún corredor en la fuga y cuando parecía que tenía el permiso del pelotón para llegar a meta al superar los cinco minutos de ventaja, Gianni Savio castigo a sus corredores por no entrar en la escapada y les obligó a tirar en cabeza del pelotón para empezar a reducir distancias de manera vertiginosa.
BMC releva al Androni
El trabajo del equipo italo-venezolano provocó que la fuga llegara con apenas dos minutos al ultimo puerto y allí le relevó el BMC. con una gran labor de Samuel Sánchez y con Evans siempre en los primeros puestos del pelotón. Eso provocó que el grupo se rompiera, perdiera a todos los sprinters y apenas treinta ciclistas aguantaran adelante.
Desde el pelotón saltó Arredondo para pasar primero por el alto y consolidar el liderato de la montaña, pero todos los fugados fueron cazados y el que consiguió imponerse fue Rogers, que demostró su clase de contrarrelojista y aprovechó que apenas había gregarios en el grupo perseguidor dispuestos a trabajar para impedir su victoria más emotiva.
Una crono de 42 kilómetros y tres subidas para marcar diferencias
El Giro disputa hoy una de las etapas que puedan marcar más diferencias con 42 kilómetros entre Barbaresco y Barolo que presentan tres subidas. Se sale a 272 metros de altitud y se asciende hasta los 650 en los que se corona en el kilómetro 12,6 el puerto de cuarta de Boscaso, en el que está situada la primera referencia.
Después hay 22 kilómetros de bajada y llano y se empieza una segunda subida de cuatro kilómetros al 4% de media, una bajada y una última subida de 1.700 metros, el último kilómetro al 5%. Un recorrido para corredores de fuerza que debe empezar a definir quiénes son los más fuertes del Giro. Joseba ITURRIA

GARA es segundo en Gipuzkoa y NAIZ sigue creciendo con fuerza
Moreno y Lisci, dos trayectorias de menos a más en Osasuna

«Goonietarrak», 40 urte: bihotzeko ganbaran gordetako altxorra

«Elektronika zuzenean eskaintzeko aukera izango dugu orain»
