Jon ORMAZABAL
Campeonato Manomanista

Humaniza a un dios menor

Julen Retegi fue muy superior al campeón Aimar Olaizola, sin respuesta física al juego largo del de Aspe.

OLAIZOLA II 11

RETEGI BI 22

Por primera vez en su carrera, Julen Retegi disputará las semifinales del Manomanista, el campeonato que hizo de su padre Julián una leyenda, tras doblegar ayer en el Atano III a Aimar Olaizola, el pelotari que, por palmarés, más puede acercarse al mago de Eratsun. En la lucha entre dos de las dinastías más importantes de la historia de nuestro deporte, el de Aspe echó mano de la forma clásica de jugar a esta modalidad, la que ha mamado en casa y, a base de gozar todos los pelotazos y de arrimar la pelota a la pared izquierda, pasó por encima del campeón de los dos últimos años, que ayer no tuvo respuesta para las dificultades que se le presentaron en el camino.

Al margen del material y de adquirir posturas que hace no demasiado parecían temerosas, la evolución física de los pelotaris ha sido una de las grandes revoluciones de la mano actual y el cuerpo no le respondió ayer a un Aimar Olaizola que venía rayando la perfección en los dos últimos años. Los efectos que le ha dejado esa bronquitis que le obligó a suspender la semana pasada fueron evidentes y al de Goizueta le costó recuperar entre tanto y tanto -para el 11-18 había gastado los cinco descansos que le corresponden por reglamento-, le costó colocarse en la cancha y la pelota le salió sin velocidad de su mano.

De principio a fin

Sin esa centésima de más que siempre tiene para colocarse a la pelota, ni el brillo de ese sotamano que ha desarrollado como mejor defensa ante Irujo, ni la respuesta física para imprimir al partido un ritmo en el que ahogar a Julen Retegi, Aimar Olaizola sufrió ayer como hacía tiempo no lo había hecho en una cancha y, sin posibilidad alguna de cambiar el paso, se vio en todo momento superado por un Julen Retegi que, por contra, estuvo más cómodo que nunca sobre el Atano III.

Y es que, en un recinto histórico, el partido se desarrolló al estilo de aquellos en los que su aita, ayer botillero, tantas y tantas txapelas se llevó para casa. El de Eratsun traía las ideas claras de casa, sabía que le convenía un partido largo y exigente y, con tiempo para jugar a bote, esa manera vetusta de jugar que tan pocas veces ha tenido oportunidad de desarrollar en su carrera manomanista, tuvo a su rival de recadista y disfrutó como pocas veces le han dejado.

Quizá por ello, Julen Retegi tuvo ayer la constancia y la paciencia que le ha faltado otras veces, cuando dejó pasar serias oportunidades de hacer algo grande. Pero sabía que la de ayer era su gran opción y nunca se precipitó, ni en el juego ni en ese otro partido que se juega entre tanto y tanto, sin apresurarse ante un rival debilitado.

Las prisas fueron de un Aimar que, arriesgando y buscando el saque-remate, tuvo una pequeña reacción para acercarse 11-14 tras haberse retirado a vestuarios con 4-14. Sin embargo, no estaba en condiciones de aguantar un cuerpo a cuerpo con Retegi Bi jugando tan largo y el de Aspe logró su gran triunfo.