Natxo MATXIN
Mundial | Jornada inaugural

Brazuca ya besa las mallas

Horas antes de la ceremonia inaugural en Sao Paulo, hubo protestas e incidentes aislados en las calles de esta ciudad y de otras sedes.

Para quien le guste el fútbol sin dejarse llevar por la pasión de los colores, ayer comenzó un paraíso que se prolongará por espacio de un mes. Durante ese tiempo y quitando algunas notables ausencias, las estrellas del balompié mundial tratarán de ofrecer lo mejor de sí mismos e incluso, aunque esto está solo al alcance de los más privilegiados, ser protagonistas de algún episodio que sea recordado para la posteridad.

El Maracanazo, el gol de Pelé a Suecia, la diana fantasma de Inglaterra, la entrada del jeque kuwaití Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah al césped de Zorrilla, el éxtasis de Tardelli, la galopada de Maradona frente a Inglaterra, el cabezazo de Zidane a Materazzi... Seguro que la cita en el país del jogo bonito, 64 años después del zarpazo de Ghiggia, deja alguna instantánea memorable para la retina.

De momento, lo más reseñable, apenas iniciada la competición, es que Brazuca, el balón oficial, ya sabe lo que es besar las mallas empujado por los anfitriones, una buena noticia para la torcida brasileña, no tanto si se ve desde el punto de vista estadístico. Ningún equipo que ha comenzado ganando en la jornada inaugural ha finalizado después campeón.

Más fría resultó la ceremonia inaugural, donde se esperaba un espectáculo acorde a la calidez brasileña, pero que resultó poco acorde en duración e inicio. Además de corto -no llegó a la media hora-, el espectáculo comenzó cuando todavía las gradas del estadio paulista estaban escasamente pobladas, lo que generó un sinfín de críticas en las redes sociales.

En una tarde soleada y a ritmo de samba, el acto contó con la participación de 600 voluntarios que, en algunos momentos, permanecieron excesivamente estáticos, lo que le restó dinamismo y vistosidad a un escenario en el que primaron el verde y amarillo del público asis- tente más que los utilizados sobre el césped para un espectáculo, cuyo costo estaba valorado en nueve millones de dólares.

Pese a esa cifra, la ceremonia dio sensación de austeridad y estuvo distribuida en tres grandes bloques, donde se dio especial relevancia a la riqueza natural, la música y la cultura del país brasileño. El campo de juego estuvo representado por bailarines disfrazados de flores, plantas e instrumentos de percusión típicos, todo ello presidido por una gran bola, que finalmente se abrió como una flor, y de la que salieron Pitbull, Jennifer López y Claudia Leitte para interpretar la canción oficial del campeonato, «We are ONe», con la que acabó el acto.

Horas antes de los fastos inaugurales, medio centenar de manifestantes, según EFE, intentaron marchar por la principal vía de acceso al Arena Sao Paulo, con la intención de bloquearla, lo que derivó en una intervención policial con lanzamiento de gases lacrimógenos. Finalmente, la ciudad no quedó colapsada en lo que al transporte se refiere, ya que los empleados del metro -medio utilizado masivamente por los aficionados- decidieron no ir a la huelga, aunque sí mantener un encierro por el despido de 42 trabajadores.

Se celebraron protestas en capitales, la más numerosa en Río de Janeiro, donde cerca de 2.000 personas según divulgó Efe se manifestaron a convocatoria de profesores, sindicatos, partidos políticos de izquierda y feministas en demanda de mayores inversiones en salud y educación, en lugar de estadios de fútbol.

Porto Alegre y Belo Horizonte también albergaron movilizaciones poco numerosas contra el Mundial, mientras que en Natal, otra de las sedes de la Copa del Mundo, una huelga indefinida de conductores de autobuses mantuvo parcialmente paralizada a la ciudad. En el estadio de esta localidad debutarán mañana las selecciones de México y Camerún.

La final de la edición pasada

Apenas transcurridas unas pocas horas del inicio del evento futbolístico, el Mundial ya nos ofrecerá uno de los choques a priori más esperados: la revancha de la final de la edición pasada, en la que, por primera vez en su historia, España se hizo con el trofeo gracias a un gol en la prórroga de Andrés Iniesta. A buen seguro que Holanda quiere tomarse cumplida venganza en el estadio Fonte Nova -21.00, Telecinco- de Salvador, donde va a alinear un once renovado, aunque con la presencia de hombres determinantes, como Van Persie, Robben o Sneijder.

Por parte del combinado dirigido por Vicente del Bosque, se espera la participación de inicio de, al menos, dos futbolistas vascos. César Azpilicueta se ha ganado con su gran temporada en el Chelsea un hueco en el lateral diestro -también puede jugar en el izquierdo-, mientras que Xabi Alonso, salvo sorpresa, se mantendrá en la medular junto a Busquets y Xavi. En principio no parece tan probable el concurso de Javi Martínez, al que el técnico salmantino había probado en los últimos amistosos en el central derecho.

Las dudas en la selección española también se centran en la opción Pedro-Silva y en si Del Bosque jugará con un falso delantero -Cesc- o lo hará con un ariete puro, donde entrarían Torres o Diego Costa. En cuanto a los tulipanes, destaca como novedad su joven línea defensiva -prácticamente el armazón destructivo del Feyenoord, con el lateral diestro y dos centrales- en un equipo que podría practicar un 5-4-1, como ya avanzó Van Gaal.

México-Camerún, un duelo equilibrado

México y Camerún se juegan en su debut -estadio Das Dunas de Natal, 17.00, GolTV - ZDF- gran parte de las opciones para pasar a los octavos. Los primeros pelearán por sumar su primer triunfo mundialista ante una escuadra africana después del suplicio que resultó la fase de clasificación, lográndola in extremis en la repesca frente a Nueva Zelanda. Los segundos, envueltos en la polémica por arribar a Brasil con casi dos días de retraso después del plantón que protagonizaron al no tener pactado el montante de las primas con su federación.

Chile tratará de hacer valer su cartel de favorita frente a Australia -estadio Pantanal de Cuiabá, 21.00, GolTV-, con la principal duda de una de sus estrellas, Arturo Vidal, operado el pasado 7 de mayo en la rodilla, y cuyo concurso para este primer encuentro de La Roja queda en el aire. El azulgrana Alexis Sánchez pilotará el ataque de los andinos. En lo que se refiere a Australia, la escuadra aussie ha vivido una auténtica revolución desde octubre pasado, aunque gran parte de la responsabilidad todavía recae en los veteranos Tim Cahill y Mark Bresciano. N.M.