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Mundial de Brasil 2014

El aerosol que no deja huella

Cualquier espectador que esté siguiendo los partidos del Mundial de Brasil habrá notado la curiosa espuma que utilizan los árbitros para marcar dónde deben colocarse el balón y los jugadores cuando forman la barrera durante un tiro libre.


Se trata de una de las novedades de esta Copa del Mundo, que también introdujo por primera vez el uso de la tecnología para determinar si una pelota cruzó la línea de meta. Pero a diferencia de esta última innovación high tech, el spray que usan los árbitros llama la atención por su sencillez: parece una crema de afeitar que se coloca sobre el césped, excepto que, a diferencia de esta, la espuma desaparece como por arte de magia medio minuto después de haber sido rociada.

¿Qué es este llamativo producto? Se trata del aerosol evanescente ``9.15 Fair Play'', una espuma especial que fue creada por dos hombres cuyos países son grandes rivales en el campo de juego: un argentino y un brasileño. Pablo Silva, el argentino, cuenta que tuvo la idea de crear el aerosol una noche de 2002, tras haber disputado un partido amistoso en el que fue expulsado por haberse quejado de que la barrera se había adelantado cuando él pateó un tiro libre.

Silva, quien en ese entonces ejercía como periodista deportivo, pensó cuán común era eso de que los futbolistas se adelantaran durante una barrera y cuán sencillo sería prevenirlo si hubiera alguna forma de marcar la cancha. Fue así como se contactó con su tío, un químico, para pedirle que inventara algún producto que pudiera servir para ese propósito.

«El desafío principal era que la espuma tenía que ser suficientemente duradera para resistir un día de lluvia, pero al mismo tiempo desaparecer dentro del plazo de un par de minutos, para no dejar la cancha marcada», recordó el emprendedor. Pasaron cuatro años y dos químicos más, hasta que lograron dar con la fórmula perfecta.

Cuando Silva patentó el producto en Argentina, en 2006, se enteró de una noticia que a primera vista podía haber resultado en una dura batalla comercial: un hombre en Brasil, Heine Allemagne, había tenido la misma idea que él y había patentado una espuma similar en 2000. Pero lejos de empezar una rivalidad, los vecinos latinoamericanos decidieron unir fuerzas y lanzaron como socios el aerosol ``9.15 Fair Play'', que se produce en una fábrica en Buenos Aires y cuyo nombre hace referencia a la distancia, en metros, que debe haber entre el pateador de un tiro libre y la barrera. El impulsor de esta sociedad argentino-brasileña fue el mismísimo número uno de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, a quién Silva acudió.

Pero el gran salto del aerosol se dio en 2012, cuando su uso fue aprobado por la International Football Association Board, la encargada de definir las reglas del fútbol a nivel mundial. Tras ser probada en otros eventos, ha llegado a Brasil 2014. El próximo desafío será hacer que su idea se convierta en negocio. Y es que, por el momento, ninguno de los dos creadores puede vivir de su invento. El máximo consumidor hoy es la AFA, que solicita 5.000 unidades por año, a casi 5 dólares por unidad.