Tony Gallopin logró ayer su primera victoria en el Tour y en Oyonnax, un terreno que conoce bien porque entrena cerca de esa ciudad y porque lo había reconocido durante la pasada primavera. «Estuve entrenando aquí con mi padre y mi novia (Marion Rousse, campeona de Francia en ruta en 2012) y me dijeron que fuera a reconocer esta etapa del Tour. Eso me ha ayudado mucho», señaló.

El corredor del Lotto explicó que «sabía que poco antes de la meta había una cota que no estaba indicada en el premio de la montaña y que pocos ciclistas conocían. Así que ahí lo he intentado. Creo que conocer el terreno ha sido clave», agregó.

Gallopin se metió en el grupo de cuatro que afrontó con algo de renta los últimos kilómetros, junto con Sagan, Kwiatkowski y Rogers. «Estaba seguro de que con ellos no tenía ninguna opción. Tengo una buena velocidad punta, y a veces por eso no ataco antes, pero al final siempre hay alguno que me gana. La victoria prueba que tengo que intentarlo más a menudo. Tengo que desacomplejarme», comentó este ciclista de 26 años.

El francés, que vistió de amarillo en Mulhouse, no era capaz de elegir entre las dos situaciones. «No sé que me hace más ilusión. Creo que son cosas diferentes. El maillot amarillo lo venía pensando desde hacía días, fue más premeditado. Esto ha sido más inesperado, estoy más descolocado», aseguró.

Como entonces se acordó de su tío Alain, director del equipo rival Trek pero confidente y consejero, pero también del malogrado Laurent Fignon, muy cercano a los Gallopin.

Precisamente, Haimar Zubeldia avanzó un puesto en la general. El usurbildarra ha asumido los galones del Trek después de la retirada de Andy Schleck, dentro y fuera de la carretera. Por una parte buscará como objetivo «el top ten de la general» y fuera de la competición es la referencia para los jóvenes.

«Siempre pasa igual, cuando era joven me fijaba en los mayores en todos los aspectos, dentro y fuera de la carretera. Ahora intentas devolver esa experiencia que recibiste». Se siente «un privilegiado por estar aquí», tiene contrato para 2015 y no piensa ser un cuarentón en el pelotón. «Me siento bien físicamente y lo que es más importante, tengo ilusión. El Tour te emociona siempre, cada año es diferente, pero es cierto que con 13 participaciones ya vas sabiendo lo que viene en cada momento».

También habló Ion Izagirre, en su caso de la etapa. «Hemos ido en cabeza porque era día para estar atentos, la carretera era estrecha y por eso fuimos bien colocados. Ha sido un buen día para Alejandro Valverde», señaló en referencia a su jefe de filas.

«Tendremos que dar un paso adelante y lo intentaremos. Nibali está fuerte, pero falta lo más duro. Tenemos un buen bloque y estamos muy unidos», concluyó el del Movistar.